Capitulo 33 y 34.

Capitulo 33

- ¿Pues qué voy a decir de Peter? – sonrió Nico. - ¡Que es un tío cojonudo!
Que… - puso cara sentimentalista. – Que ya llevamos catorce años juntos. – lo abrazó,
Peter se zafó, riéndose. – No te rías, de veras, apóyame, que este es mi primer discurso de padrino.
- ¡Tu primer y último!
- No digas eso hombre, si en verdad… - le guiñó un ojo.
- Vaya par de gays. – musitó Euge.
- Te he oído, nena. – le dijo Nico.
- ¿Quieres terminar ya el jodido discurso sobre Peter? Me toca hacer el de
Lali. – se rió Euge.
- Bueno, a lo que iba. Ahora en serio. – suspiró. – Llevo once largos años conociendo a Peter Lanzani. Lo único que puedo decir de él es que es una de las mejores personas que hay sobre esta tierra.
Lali sonrió, prestando atención a lo que decía Nico.

- Que gracias a él he vivido cosas que no se irán fácilmente de mi memoria.
Que espero que a estos catorce años se les añadan mucho más, porque es mi mejor amigo, y lo seguirá siendo. – sonrió. – gracias por todo Peter. – miró a Lali. – disfrútalo, ahora que es todo tuyo. – se sentó, pero se acordó de algo. – Y, me dejaba lo más importante… ¡Que pedazo de pivón tenemos aquí! – dijo señalando a Peter. -¡Nene, que sexy estás con ese traje!
Todos los invitados rieron.

- ¡Un brindis por Peter! – dijo Nico, alzando su copa de champán.
Euge se levantó dos minutos después.
- Atención. – llamó. - ¡Atención! – dijo de nuevo. – Creo que es hora de que yo hable un poco de mi mejor amiga. – ladeó la cabeza. – gracias por hacerme madrina de tu boda. – le susurró a Lali. –Tampoco tengo mucho que decir. Tan solo de verla, uno ya se hace a la idea de cómo puede ser. La primera vez que la vi yo, fue en primero de bachillerato, cuando las dos empezábamos los estudios secundarios… - sonrió, Lali se empezó a emocionar. – ella… ella es una mujer excepcional. Yo cuando la vi, pensé… ¡joder! ¡Alguien que me hace la competencia! Todos le iban detrás en el instituto.
Peter se aclaró la garganta. Euge rió.

- Pero ha encontrado a alguien que supera a todos aquellos de instituto. – dijo poniendo énfasis en las palabras. – Estoy orgullosa de que haya encontrado al fin al hombre de su vida, a ese que la hace feliz. Porque sinceramente, no había visto nunca a Lali lucir tal sonrisa en su rostro. Es feliz, sé que es feliz. – asintió. – Ella es una mujer que se esfuerza por todo lo que hace, que lucha el día a día por lo que quiere, que no se rinde nunca, nunca… que prácticamente lo tiene todo, aparte de que a veces puede ser un tanto terca y celosa. Y aun que sea una mujer, se porque Peter se enamoró de ella. – sonrió. – un brindis por la novia más guapa del mundo. – y ahora fue ella la que alzó la copa. Todos, todos disfrutando del banquete de la boda Lanzani. –

*

Entonces, aquí está todo. – dijo Lali dejando la maleta en el suelo. – la ropa, los zapatos, su peluche… ¿estás segura que no quieres que deje a Allegra con mi madre?
- No, no te preocupes, Nico me ayudará. Ahora pasamos más parte del tiempo juntos. – sonrió.
- ¿Estáis saliendo?
- No aún… el otro día nos acostamos y…

- ¿Qué? - Lali chilló. - ¡Cuéntamelo, cuéntamelo!
- Pues nada, que yo iba como una cuba y me llevó a su casa, por que resulta que me dormí en su coche… y cuando me desperté… me lo encontré a mi lado. Yo pensaba que me había acostado con él aquella noche, pero me dijo que por mucho que le gustara, él no me haría nada estando borracha…
- ¿Y…? – Lali alzó las cejas.
- Sabes lo burra que soy… lo encontré tan tierno… y a la mañana, despeinado, sin camisa… tan sexy… que nos empezamos a besar… él empezó a quitarm…
- Vale, vale, con eso es suficiente. – Lali hizo una mueca. – Pero, ¿Es bueno?
- ¿Qué si es bueno? – Euge puso los ojos en blanco. – el mejor polvo de toda mi vida.
- Oh dios, eso lo ha aprendido de Peter.

- Que te lo crees tú, en todo caso será Nico que le habrá dado clases de ‘como follarse a una tía’.
- Si, si… - Lali hizo un gesto con la mano, queriendo decir ‘déjalo estar’. – Me voy, que el avión sale en una hora. Te quiero, nena. – le dio un beso a la mejilla y subió a su mini. - nos vemos dentro de cinco días… cualquier cosa me llamas ¿sí?
- Intentaré no molestarte. – rió Euge. – pásatelo bien, niña santa.

Capitulo 34  

- Aquí es. – dijo Lali dejando las maletas al suelo.
- Hermosa casa. – sonrió Peter, mirando hacia arriba. – y justo al lado de la playa. Qué bonito.
Se acercó a Lali y buscó su boca.
- El besito que te di este medio día no sacia mis ganas… - murmuró contra su boca. – no sabes cuánto he echado de menos estos labios…

- Peter… - Lali se sintió jadeante. Dejó ir su bolso y buscó las llaves a toda prisa. - ¿Qué pasa? ¿Quieres estrenar ya la cama de la habitación?
- Claro… - dijo, metiendo la mano por la falda de ella, rozando el borde de sus braguitas, pellizcando una de las nalgas. – Mmh… es de noche, el cielo está medio nublado ¿Dónde quiere ir? Espera mejor a mañana para ver el panorama de la bella Argentina…
- Si, será mejor. – La puerta se abrió. Peter metió las maletas de golpe en la casa y abrazó a Lali. Apretó su cintura contra él. Buscó su espalda, le quitó la chaqueta.
- Mi esposa… - susurró contra el cuello femenino. – mi mujer, mía…

La respiración de ella se acelero. Dejó que Peter la cogiera en brazos.
- Llevo toda la semana como un jodido perro en celo… - dijo jadeando.
Lali estaba divertida, viendo como Peter buscaba desesperadamente la habitación. – te tengo. – abrió una puerta. – No, mierda.
Se adentró por otro pasillo.

- Ahora si. – abrió la puerta. Ahí estaba, esplendida y enorme, cama matrimonial. No se fijó ni en lo bonita que era la habitación. Tumbó a Lali  con delicadeza encima del colchón y se quitó su chaqueta. La dejó a un lado. Seguido, el jersey.
- Mmh… deja que eso lo haga yo.
Lali se agachó para desabrocharle el cinturón y bajarle los pantalones.
- No se vale, tú aún vas vestida. – la levantó y, entre besos, más caricias, le subió el jersey, le bajó la falda. Peter tubo un escalofrió, se estremeció al sentir como algo helado bajaba por su espalda.

- Oh… te ves tan… sexi. – murmuró Lali.

- ¿Quieres jugar? – dijo Peter, arrebatándole el cubito de hielo. - ¿de dónde lo has sacado?
- Del minibar de la habitación. – dijo ella. – es que no te fijas en nada. – negó con la cabeza.
- Mmh… Veamos… - Peter ocupó la boca de Lali con otro beso.
Succionó su labio inferior hasta dejarle una marca morada. El sujetador, fuera… -
¿Cómo están mis estimados pechos? – Dijo él divertido. Y pasó el cubito de hielo por uno de los pezones. Lali gimoteó cuando Peter posó su caliente boca en ese mismo. Contraste, calor con frío, exquisitas sensaciones…
Peter succionó el pezón con fuerza. Lali pasó la mano entre sus cabellos. Se arqueó como nunca. Él repitió la acción con el otro pecho. Ella se separó.
- ¿Sucede algo? – dijo Peter, relamiéndose.

- Peter… - jadeó ella. – siento como corre por mis piernas… - se mordió el labio, inocente.
La polla de él palpitaba, luchando por salir del bóxer. Él no sabía a que se refería en esos momentos. Toda la sangre de la cabeza le había bajado a la otra cabeza… Volvió los ojos hacia abajo y vio como los jugos de Lali se escurrían por sus muslos. Pareció llegar en ese mismo momento al éxtasis. Peter gimió.
- ¡Santo cielo! – dijo pasándose una mano por el pelo. – Dios, Lali...
Se acercó de nuevo a ella y le besó la boca con furor. Estaba hambriento, y eso solo había hecho que su apetito carnal aumentara. La echó a la cama.

- Estás tan empapada… - dijo frotando las bragas de Lali. – Di que me deseas…
- Te deseo… - gimoteó Lali. – fóllame ya… lo necesito…
- Sabes que es lo que más quiero en estos momentos. – dijo despegando las
braguitas de Lali de su dulce coño. – pero te haré esperar un poco más…
Lali se quejó. Peter no hizo caso y se inclinó para besarla toda.

- Mmhh.. mi vida, echaba tanto de menos este sabor tuyo en mi lengua… - recorrió la tripa de Lali con esta, dejando un leve rastro de saliva y se centró en el ombligo. Lo besó, por su alrededor. Reprendió el camino de besos por el monte de Venus. – Dime que es lo que quieras…
- Humhh… todo lo que tú me des…

- ¿Y si no te doy nada? – Peter vaciló. Lali se quejó de nuevo, la hacía esperar demasiado. – Dímelo nena, y lo tendrás. Quiero oir esas sucias palabras escapar de tu boquita.
- ¿Qué quieres que te diga?
- Lo que quieres que te haga con la boca…
- Ya lo sabes…
- Quiero escucharlo salir de ti… - suspiró. – eso hace que mi polla aumente más y más… no sabes lo duro que estoy…
Lali jadeó al sentir lo grosero que Peter se había puesto. Esa noche la cama iba a arder.
- Quiero que…

- ¿Qué…? – la ayudó Peter. - ¿Quizás que te chupe…? ¿Mmh?
- Si… - jadeó de nuevo ella.
- ¿El que? – Peter le pellizcó el pezón. - ¿Por aquí, quizás?
Lali negó con la cabeza.
- ¿Entonces, nena? Sigo esperando…- Más abajo… - musitó.
- ¿Dónde?
- El coño… dios, Peter, ¡hazlo ya! Quiero sentirte, quiero sentir tu boca, tu lengua, quiero sentir cada respiración tuya allí abajo… - se arqueó, en un envite deliciosamente tentador.
- Nena… - Peter se quedó sin aliento tras escuchar cada y una de las palabras de Lali. – te adoro… - terminó por decir eso. Se acercó de nuevo a los bajos de
Lali y abrió sus piernas. – Santo dios… estás mojadísima…
Peter paseó el dedo índice por toda la humedad de ella.
- Me gusta, me gusta… - musitó él.

Su mirada oscureció. La típica nube de lujuria, apareció a su alrededor. Estaba más excitado que nunca. Aquella semana de abstinencia le había ido de maravilla.
- ¿Lo hueles? – le dijo a Lali, inclinándose hacia adelante.
- ¿Mmh? - Ella se inclinó, apoyándose en los antebrazos para verlo mejor.
- La habitación está impregnada de nuestro olor… - suspiró él, mandando aire frío a la humedad de ella. Sopló, haciendo que Lali tuviera un escalofrío. –Quiero oírte chillar como nunca.

Cogió los muslos de Lali y los colocó encima de su hombro. Hundió su cara en el sexo mojado de ella. Con la boca abierta, Peter paseó su lengua por toda la hendidura de Lali. Ella gimió con ganas. Tantos días sin sentirlo… Parecía haber sido una eternidad. Los cunnilingus de Peter eran insuperables.
Sintió como succionaba su clítoris, con fuerza, como un animal, muerto de hambre, intentando saciar sus ganas de sexo. Pero eso no había hecho más que empezar.
Lali se arqueó. Automáticamente cogió a Peter del pelo y lo apretó más contra ella. Él sintió pequeños tirones que, más que dolor, solo hacían que enviar ondas de excitación hasta su po.lla.
- Ohhh… - jadeó ella al sentir como dos de los gruesos dedos de Peter se metían en su interior. - ¡Joder! ¡Sí!
Peter se retiró un poco. Lamió de abajo a arriba. Ella se arqueó.
- Me corro, me corro, ¡dios! – su respiración se agitó.
- Oh, no, nena… - dijo Peter, jadeante. Se relamió.
Él se separó.

- No vas a correrte aún, porque este orgasmo nuestro va a ser el mejor hasta el momento.
- ¿Mejor que los anteriores? – dijo Lali reposando encima de la cama. – No creo que eso sea posible.
- Voy a hacerte perder la conciencia.
Peter la cogió de las piernas y se colocó entre sus muslos. Apoyando su hinchado glande en la entrada de su coño. Lali se apartó enseguida- ¿Nena? Ahora mismo no estoy para juegos. Ven aquí.
- No… - ___________Lali gateó hasta él. Le cogió la enorme erección. – Ahora me toca a mí.

Peter echó la cabeza hacia atrás.
- ¿Puedes ser más perfecta? – suspiró, viendo como Lali lo masturbaba.
Ella miró a Peter.
- Nene, vaya erección… - dijo plantándole varios besos a lo largo del tronco. – nunca la había visto… tan…
- Yo tampoco… así que aprovecha… - Peter rió, con dificultades para respirar.
- ¿Qué aproveche? Si con la mitad de esto me basta y me sobra para disfrutar como una bendita loca…

Peter iba a reprochar, pero sintió como Lali succionaba su necesitado pene.
Se lo llevó a la boca y apretó, apretó… encerrándolo allí dentro, como si quisiera quedársela, como si quisiera que Peter se corriera en esos momentos. Y es lo que iba a pasar si no se retiraba ya. Su pene palpitó dentro de la boca de Lali, mientras ella echaba la cabeza hacia atrás y hacia adelante. Se le marcaban las venas, y el glande estaba teñido de un color rojo tentador, muy tentador. Lali lo lamió de abajo a arriba y se centró en la punta. Peter la miraba. Ella siempre daba unos grandes espectáculos.

- Ah, nena… ah… si… - Peter le acarició la barbilla, mientras Lali intentó engullir lo más que pudo la gran erección de Peter. Él abrió los ojos al sentir como su glande rozaba la campanilla de Lali. Se apartó. - ¿Quieres ahogarte o qué?
Ella rió.
- Ven aquí, déjame intentarlo…
- No, ya basta… mira como la tienes… - dijo señalando su rígido falo. Parecía
una barra de acero. – déjame a mi… meterme en ese cuerpecito tuyo…
Lali volvió a tumbarse boca arriba.
- Eso es… - Peter se colocó de rodillas sobre el pie de cama y cogió de los muslos a Lali. Se frotó contra ella. – De nuevo dime que es lo que quieres… - le pidió Peter.

Lali se mordió el labio inferior.
- Fóllame, fuerte, duro… - le pidió ella.
Peter sonrió. La envistió de una sola vez. Lali pensó que se iba a partir en dos. Gritó de placer ante la presión que le dio Peter. Él se quedó quieto por momentos, jadeando, sintiendo como el coño de su, ahora ya si, esposa, lo apretaba y aflojaba, en dulces contracciones… que solo ella sabía hacer, así, a su manera, y así, como a él le gustaba.
- Esto… - dijo Peter balbuceando. – esto va a matarme

Y más deseo, y más y más y más, y algo explosivo, algo que quedará en memoria… de los dos. Y sigue la luna de miel, y los dos juntos, se divierten, y viajan hasta el norte del país, Salta y Jujuy, lagos de ensueño, montañas altas, glaciares, el Rio Negro, o el Rojo, cultura, selvas, naturaleza, la belleza de Argentina, y ahora la ciudad de Córdoba, ¿o mejor la de Buenos Aires?, no, la de Mendoza...

Y lo que hacemos hoy, y ¿recuerdas ayer? Y los planes para mañana, y van los tres, de un lado para otro, con transporte, andando ¿Qué más da? Es la luna de miel más bonita del mundo… Y Santa Cruz y sus bosques, La tierra del fuego, y hacer el amor teniendo en frente el panorama de Las Cataratas del Iguazú… y más, mucho más… el amor que se desborda, Peter que los ama, y los quiere, siempre, allí con él, y que le saca una sonrisa, y que viéndolos felices, él está feliz. Y Lali, que cae rendida en la cama, y él que le acaricia el pelo, y ella que se duerme, plácidamente…

-FIN?-

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Hola chicas, perdon por todo este tiempo si subir, es que estuve un tiempo medio deprimida porque el dia que fui a roma para ver a peter no lo vi, y el estaba a diez metro delante mio. Todo por culpa de la madre de una fan de violeta -.-                                                                                                   Despues tuve muchos examenes en el cole y no tuve tiempo, y tambien estuve deprimida por otras cosas. Queria con todo el corazon subir, cada dia me decìa ‘ahora subo’ y nunca tuve el tiempo. Pero ahora estoy aca.

Espero que entiendan la ultima parte ;)

Otra cosa creo, CREO que hay una cuarta temporada pero ne es seguro, voy a ver y les voy a decir si es verdad ;)

Chicas gracias por leer, y por estar siempre conmigo ♥ Las quiero mucho ♥

@Lovemeljkeyoudo