miércoles, 2 de octubre de 2013

Capitulo 19




Capitulo 19 

Domingo. El despertador de la mesita de Lali marca las 10:47am. Ella se despierta, bostezando. Se frota los ojos. Echa algo en falta. Peter no está. No le hace falta abrir los ojos para saberlo. Gira sobre ella misma, haciendo la croqueta y se levanta de la cama, despejándose. Algo de la mesita de Peter le llama la atención. Un papel amarillo.
Vazquez  me llamó, quería verme para hablar conmigo sobre algo. Vuelvo dentro de un rato. Te quiero. Peter.

Lali se dispuso a ir a desayunar. No iba a vestirse. Hoy no había nada que hacer. No, absolutamente nada. Y por eso iría en camisón todo el día. Buscó las zapatillas. Quizás estaban debajo de la cama, donde sin saber cómo, siempre iban a parar allí. Cuando vio que encima de las sabanas, había la BlackBerry de Peter.
- Seguro que iba con prisas y se lo ha dejado. – se dijo a sí misma.

Cogió el aparato y lo fue a dejar a la mesita. Cuando la curiosidad… mató al gato. La desbloqueó, por suerte no la había apagado. Ojeó las llamadas, nada interesante. Nombres de tíos, seguramente compañeros de faena. De sus hermanos, Pablo y Martin, de su jefe. Se dirigió a la carpeta de sms. Cuando vio un nombre que no le sonaba. Para nada. Y de mujer. Sofia. Abrió el primero que vio.
 Mi niño, necesito verte, de veras, esto es frustrante. Vazquez ha dicho que tiene que hablar conmigo. Te quiero. Fantástico. Además, por lo que había deducido, trabajaban en la misma compañía y para Vazquez. Bueno, un mote cariñoso lo podía tener cualquiera ¿no? Lali intentó que no le hirviera la sangre. Y intentó controlar sus celos, también. Abrió otro que ella había enviado. ‘Ei, bebe, lo de hoy a estado genial, la verdad es que necesitaba eso. A ver cuando repetimos.’ El corazón de Lali empezó a latir fuerte. La vista se le volvió borrosa. Y las contestaciones de Peter no es que ayudaran mucho. ‘Mi amor, no te preocupes, ya verás cómo no te despide por esa tontería. ¿Hoy nos vemos?’. ‘Ya ves, eres una fiera eh, por mí, mañana mismo. Te quiero, tigresa.’ Lali lanzó el móvil al suelo. Por suerte no se rompió. Quería, necesitaba explicaciones. Y ahora… ahora si tenía que vestirse. Por cojones. Y entre lágrimas.
Aparcó el mini justo en el final del callejón. El Lamborghini de Peter yacía allí, aparcado.
Ninguna señal de movimiento.
- ¿Me esperas aquí, cariño? – le dijo a Allegra. – Mamá ahora viene ¿vale?
- Si. – le dijo la niña, centrada, con sus muñecos.

Lali se aseguró de dejar el coche bien cerrado. Total, en ese callejón no había ni una sola casa. Y no pasaba ni un alma. Lali echó un vistazo al aparato que le pedía la clave de acceso. Por suerte, de momento, la memoria no le fallaba. Tecleó con ímpetu y las puertas se abrieron. No dudó ni un segundo en entrar. Los dos guardas que estaban en esa parte del pasillo se la quedaron mirando.

- ¿Qué se te ha perdido por aquí, nena?
- Uno, no me llames nena. – dijo Lali amenazante y súper cabreada. Por todo. – Y segundo, soy la mujer de Peter Lanzani, así que, machomen, déjame pasar. 
- Ya, y yo soy Johnny Deep. Lo siento, solo agentes que pertenezcan a la agencia.
Lali se puso en frente del agente, vacilante. Igual o más que él. No.
Definitivamente, más, mucho más.

- Mira tío, no me toques la pera. – le dijo, señalándole con un dedo. – No hay nada peor que una mujer de veinticinco años cabreada con su futuro marido. Tengo una hija de cuatro años que me está esperando en el coche, se utilizar mis manos y he matado a dos tías, solo porque me tocaron mucho la moral. Cuando me enfado, hasta Peter me tiene miedo. Y si tú, pedazo de idiota, no me abres la puerta en cinco segundos te juro que te cogeré de las pelotas y te las pondré de pajarita. ¿Estamos?

El agente tragó saliva. Se giró hacia la maquina y las puertas de metal no tardaron en dejar pasar a Lali. Ella no dedicó ni una sola sonrisa. No estaba para sonreír. El ajetreo del otro día volvió a recordarle cosas. Como el polvo en la oficina de Peter.
Pero… no. No podía estar o parecer feliz. No. Estaba dolida, cabreada. Si era lo que pensaba… si Peter… le había sido… de nuevo… Y más… cuando quedaba nada y menos para su boda.

Las miradas se centraron en ella. Los hombres la devoraban, las mujeres, recelosas, comentaban cosas sobre ella. Lali se preguntó cuál de ellas era la puta de Sofia. Y no había mejor manera para saberlo:

- ¿Sofia? – se plantó en medio de esa gran sala tintada de un blanco puro y calmante y miró a su alrededor. Sin avergonzarse, volvió a llamarla. - ¿Alguien me dice quien es Sofia? ¿Eh? Una tal Sofia que se mensajea con MI novio. – dijo dándole énfasis a esa palabra.
- ¿Qué haces aquí? – sintió la voz de Peter, a sus espaldas. Ella se giró, y lo vio. Lo vio, tan guapo como siempre. Pero a la vez, tan cabrón como antes. - ¿Lali? ¿Qué haces?

Lali se sacó la BlackBerry del bolso y enseñó la pantalla por la página de los mensajes de texto de él y esa tal Sofia. Lali no contestó a su pregunta. Simplemente, se limitó a formular otra:
- ¿Que son estos mensajes en tu móvil?
- ¿Qué haces tu chafardeando mi cel? – arqueó una ceja, arrebatándoselo de las manos y leyendo lo que él mismo había escrito.
- No sé - dijo irónica. - dentro de una semana seré oficialmente tu mujer, creo que tengo derecho a ojear con quien te escribes, y más si - Pues, soy yo, nena. – una voz sensual, femenina, sonó de nuevo, a sus espaldas. - ¿me buscas?


Una chica, rubia de pote, pero de las que le quedan bien, con unos ojos grises, hipnotizantes, una boca con labios de fresón, más o menos de su estatura, y con un cuerpo… ¿Qué para que contar? No tenía los mejores pechos que se podían desear, eran pequeños, pero estaban bien puestos. Pero la chica era curvilínea, y estaba de infarto. ¿Por qué coño todas las chicas de Peter tenían que ser una reverenda pasada?

- ¿Tienes algo con ella? – dijo Lali, entre lagrimas.
- Eh, eh, para el carro. – le dijo la rubia de pote. – Peter es mi mejor amigo. Yo y él no tenemos nada. Si pensaste mal sobre alguno de esos mensajes es porque Peter y yo siempre estamos de coña… y lo de fiera, tigresa… - sonrió. – me lo llama porque puedo beber más que él cuando nos vamos de cañas.
- ¿Acaso te he preguntado, zorra? – Dijo Lali, con el corazón en un puño, asqueada y muy, muy cabreada.
Recibió una bofetada. De parte de ella. No, la verdad es que no parecía una cualquiera. No como Paula… no parecía… no parecía un rollo o simplemente, una ex de Peter.
- Tranquilízate. – le dijo Sofia.
- Ya te lo ha dicho ella, Lali. – dijo Peter. – Solo es mi mejor amiga.

Lali asintió, incrédula. Se frotó la mejilla, dolorida. ¿Quién se creía para abofetearla?
- ¿Y por que esos mensajes? – lo riñó. - ¿Eh? ¿Dime? – aun centrada en su
idea, Lali, dijo lo que más le dolía. – a punto de casarnos y tu, te dedicas a gorronear con otras.
- Nena… - Sofia se retiró el pelo, hacia atrás. Lali pudo ver las raíces negras, para terminar de comprobar que llevaba el pelo tintado. – Se que estás cabreada, y que ahora mismo no le harás caso a una extraña, ni mucho menos. Peter me habla mucho de ti, y de verdad, durante todo el tiempo que hace que lo conozco, nunca lo había visto tan enamoradote dejas el cacharro en casa ¿no? – suspiró, con lágrimas en los ojos. - ¿Quién es esa Sofia?

- ¿Y? – dijo Lali, sin prestar mucha atención a su absurda explicación.
- Que Peter y yo no tenemos nada. No podríamos tener nada. Principalmente… porque me van las tías. – dijo haciendo una mueca.

A Lali se le cayó el mundo al suelo. La había liado, definitivamente, había metido el pie hasta el fondo del cubo. Pero hasta el fondo.
- ¿Es broma?
- ¿Qué si es broma? – Sofia se puso a reír. – Te acabo de conocer, y me liaría antes contigo que con Peter. Estás buena.
Lali hizo una mueca. Miró a Peter. Peter no parecía reírse. Nisiquiera parecía contento. Estaba enfadado, muy enfadado. Ella intentó encontrar las palabras que nunca salieron de su boca. Él se adelantó.

- Te comportas como una niñata de doce años. Con el tiempo que llevamos juntos ¿y tienes dudas sobre mi? ¿Aún eres capaz de desconfiar? Cuando te comportas así, Lali, no te reconozco. Una cosa es ser celosa, y otra, muy diferente, es ser estúpida. Y tú te comportas con estupidez. Y si seguimos así, será mejor que no haya boda ni haya nada. – le dio la espalda y se dirigió a su despacho.

¿Y Lali pensaba que el mundo se le caía cuando Sofia había admitido su sexualidad? Oh, no. Ahora si se le caía el mundo al suelo. ¿Peter no quería casarse? Pues no habría boda. Sintió como las lágrimas resbalaban por su cara, hasta caer encima de su jersey, o en su mano, o directamente en el suelo. El mismo suelo que se la tendría que haber tragado en aquellos momentos.

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Hola hola..
vieron lo que paso? lo que dijo peter? uuuuhhh pobre lalita :( 

estan bienn? yo si espero que pasen bien toda la semana :D

Besos @lovemeljkeyoudo 

14 comentarios:

  1. Cate!!! te exijo más dale dale please uno más!!!!!
    @ROCHI16TA

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  2. o.o BUUUUU :( noooo que se reconcilien poor favorrr!! un cap massssssss @LuciaVega14

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  3. Eso que denajara sola allegra no lo veo Bonino

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  4. haaa yo lo mando a la porra igual xq decirme estupida!!
    maass
    culpa d el tmb tantos años juntos y nunca le hablo d su mejor amiga! cooomoo

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  5. La culpa es d Peter x ocultarle esa amistad con una chica .Maldita casualidad dejarse la blackberry.
    Igualmente el debería entenderla ,quiere explicaciones,y el no habla ,deja k lo haga Sofía,k realmente se pasó dándole la bofetada.
    X el tiempo k llevan juntos y x todo lo k pasaron ,Peter se pasa al llamarla estúpida,y ahora es LAli quién no debería querer seguir con la boda.
    Otro lío se va a formar cuando Peter pregunte x Allegra,y se entere k Lali la dejó encerrada en el coche.Bardo y d los grandes.

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  6. No puedes hacer esto pobrecitos reconcialiacion ya mismo

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