Capitulo 13 y 14

Capitulo 13

Peter terminó de mirarse en el espejo. Era la primera vez que veía a los padres y a las hermanas de Lali. Y estaba nervioso. Se arregló la pajarita y terminó por bajar las escaleras. Y allí la encontró a ella. A ellas, mejor dicho. Pero sus ojos fueron directos a Lali. Un ángel. Esta vez iba de lavanda. Y le quedaba como anillo al dedo. Unas sandalias negras con plataforma en la palma. Un vestido con un escote de barco y con una falda de tubo, que llegaba por medio muslo. Sexy. Su hija, iba monísima, como siempre. Para comérsela. Con su blusita color coral y unos shorts negros. De la mano de su madre.

- Qué guapo. – lo piropeó Lali.
- Tu más. – dijo Peter inclinando la cabeza. Esta vez, habían quedado en un restaurante italiano. Y al ser… los padres de ella, había intentado arreglarse más.
- ¿Vamos?
- Si, vamos. – Peter suspiró. Las siguió hasta la puerta.

Apagó las luces y cerró el cerrojo con llave. Se metieron en el coche los tres, Lali se encargó de atar a Allegra en su sillita. Ella se distrajo, con la barbie a la cual se le había salido la cabeza unos días antes. Lali se sentó al lado de Peter, donde el copiloto, y le dedicó una mirada cómplice, acompañada de una limpia sonrisa. Lo besó, tranquilizándolo. Peter intentó que los nervios lo dejaran en paz. Pero no fue posible. Nunca había tenido esta sensación, nunca. Definitivamente, había cambiado. Y le gustaba. Sonrió y arranco, adentrándose en la noche de Los Ángeles que se los tragó, el mismo manto adornado de pequeñas estrellas que yacía en el firmamento, sosteniendo el cuarto de luna llena. Perdiéndose en la gran ciudad, con aquellas dos mujeres. Con las dos personas más importantes de su jodida vida.

Carlos  vio llegar a su hija, a lo lejos. Aun que hacía como mínimo unos seis años que no la veía, la sabría distinguir entre la multitud.
- Ahí viene tu hija. – le dijo a Majo. – Con un hombre. – suspiró. – con un hombre que me da muy mala espina. – dijo entrecerrando los ojos y analizando a Peter.
- Cariño, recuerda que vinimos para volverla a ver, pero sobretodo. – dijo entre dientes. – para la boda.
- ¿Ese es el novio de mi hermana? – dijo Dolores. - ¡está bueno!

- Cállate mocosa. – le pidió Ana. – no digas eso de tu hermana.
- Estás celosa, por que el novio de Lali le da mil y una vueltas a tu marido.
Las dos hermanas empezaron a discutir.

- Ya empezamos. – susurró Lali. – Hola. – sonrió, tímida. Hacia tanto tiempo que no los veía…
- Hola, mi vida. – Majo se levantó para abrazar a su hija. – pero que grande, estás echa toda una mujer. – la miró, separándose. – Oh, te has adelgazado. – dijo Majo poniéndose un dedo en los labios. – Y… hum, ¿te han crecido los pechos?
- Mamá… - detrás, escuchó la floja risa de Peter. – por favor, no tengo doce años… no estoy haciendo el cambio…
- Pero has cambiado igual. – sonrió su madre. Una pequeña familia de pueblo, como siempre habían sido. En la mente de Lali algo se preocupaba, repitiéndose la misma frase… no están a la altura de él.

Lali rezaba para que no empezaran como siempre. Como con cada novio que ella había tenido. Porque Peter no era uno de ellos, Peter era especial. Sus hermanas, mayor y menor, se dispusieron a abrazarla también. Su padre prosiguió a hacer lo mismo. Un hombre serio y de carácter… fuerte. Casi insoportable.

- ¿Esta es mi nieta? – Los ojos de Majo se humedecieron. – Hola, Allegra. – sonrió ella. La niña pareció amistarse enseguida con su recién conocida abuela.
Dolores prosiguió a saludar a Peter.
- Hola cuñado. – dijo coqueta. Ella se alzó. Peter le sacaba una cabeza y media casi.
- Hola. – sonrió Peter, y se agachó para darle dos besos.

- Lali no se ha comunicado mucho con nosotros los últimos años. – le explicó, jugando con uno de las ondas de su vestido. – Así que no se nada de ti, nos queda mucho por hablar.
- Eso creo. – dijo Peter, frunciendo el ceño.
- ¿Cómo lo llevais?
- Bastante bien, supongo. – se rió Peter.
- Y este es… Peter. – sonrió Lali, distrayéndolo y girándose, presentándoselo a sus padres.
- Hola suegros. – sonrió Peter, haciendo broma.
La expresión de Carlos pareció cortante. A Peter lo incomodó.

- Vaya, vaya, un hombre apuesto. – dijo Majo dando una vuelta para verlo completamente. – Yo soy Majo. – sonrió y también tuvo que ponerse algo de puntillas para darle dos besos.
- Yo Carlos. – le tendió la mano.
- Encantado, Majo… - le devolvió el gesto al padre de Lali. – Carlos.
- Señor Carlos. – dijo remarcando la primera palabra.
- De acuerdo. – sonrió.

Peter señaló la mesa que había reservado.
- ¿Qué tal si tomamos todos asiento?
Se dirigieron hasta allí. Lali agarró a Peter del brazo para retenerlo un momento. Él la miró.
- Lo siento.
- ¿Qué sientes?
- Que mi padre sea tan hijo de puta. Por eso me fui. – suspiró. – creo que no te lo he contado todo.

- Creo lo mismo. – Peter sonrió. – tenemos tiempo para hablar, entiendo que no te hayas… sentido comoda explicándome eso. – suspiró. – Yo no lo conozco, pero se ve un hombre estricto.
- Demasiado. – La mirada de Lali pareció humedecerse.
- Ehi. – Peter le alzó la cara por el mentón. – en cuanto termine la cena nos vamos. No hace falta que estés pasándolo mal. Solo acordamos tener una cena con cada familia. Solo eso.
Lali bufó.

- Mi familia es horrible.
- No, no es horrible. – sonrió. Realmente, una sonrisa preciosa. – solo que has tenido tus momentos. – le acarició la mejilla y se inclinó para besarla. Lali aceptó el beso con gratitud.

Un gesto de aclaración de garganta hizo que Peter alzara la vista. Carlos esperaba de pie, mientras los demás los miraban. Majo estaba entretenida con Allegra.
- Vamos. – susurró Lali.

Ya empieza, pensó ella, abrumada por los recuerdos que le traía ver a esas personas de nuevo. Si, se fue de su casa en cuanto cumplió los veinte. Y si, los seguía detestando, a cada y uno de ellos. Sobre todo, a su padre. Y no, no permitiría que se pasara con Peter. No permitiría que lo humillara ni una sola vez, no como hizo con ella.

Capitulo 14

- ¿Y de que trabajas? – dijo Carlos, limpiándose la boca y pidiendo el postre junto con el café a la camarera. Los demás hicieron lo que el cabeza de familia.
- Papá, por favor… - susurró Lali.

- ¿Qué pasa? Tendré que validar que el hombre con el que te cases sepa cómo mantener a mi hija ¿no? – se quejó Carlos.
- No soy ni seré una mantenida, tengo trabajo propio y se me cuidar. – dijo
Lali alzando su barbilla.
- En una clínica de masajes de mierda. – contestó su padre.

Lali se limitó a no decir nada más. Peter se calló para que no hubiera más alteraciones por parte del padre.
- Soy empresario. – mintió Peter. No podía decirles que pertenecía al estado, que era un agente, que se dedicaba a proteger a la sociedad y a… matar.
- Ajá. – Carlos entrelazó los dedos de la mano y apoyó su barbilla, adornada con una barba algo canosa que no le discutían la edad, en estas. - ¿Y cuanto ganas? – dijo sin escrúpulos. Parecía desinteresado.
Peter adoptó una posición similar.
- Doce mil quinientos dólares al mes. – Agachó la mirada, modesto.
Carlos abrió los ojos. Majo se aclaró la garganta, casi se ahoga con un trozo de azúcar quemado, ingrediente que adornaba la crema que se había pedido de postres.

- ¿Y… y solo eres empresario? – suspiró Dolores. – eres el tío perfecto.
Ana hizo una mueca de desapruebo. No había nada que hacer con su hermana menor.
- No le hagas caso. – explicó la mayor de las tres. – solo tiene dieciséis años, pero está más salida que el canto de una mesa.
Peter rió.

- Tampoco hay para tanto, supongo que…
- Has tenido que trabajar duro para llegar a ganar tanto. – concluyó Majo.
- Así es. – sonrió Peter, orgulloso.
- Estoy contenta de que hayas escogido a un hombre como Peter. – Majo acarició la mano de Lali. Ella la apartó.
- No, no estás contenta por eso. Estás contenta des de que sabes el salario que gana. Y para que te enteres, yo no lo escogí. Yo no escojo a quien amo.

Dejó la taza de café en su plato y se cruzó de brazos, concluyendo la conversación con su madre. Majo suspiró.

- ¿Y cómo os conocisteis? – preguntó Ana.
- Por el trabajo. – sonrió Peter. – Algo así, un día en el que estuve de suerte, la conocí, en su clínica. La verdad es que hace unos masajes estupendos.
Carlos lo miró mal.

- En… en el buen sentido. –aclaró Peter. Si me mira mal por eso, no quiero saber cómo me miraría si supiera la de cosas que hago con su hija en una simple cama.
- A eso se le llama coincidencia. – sonrió Majo.
- Yo no creo en las coincidencias. – dijo Lali retomando el color rosado de sus mejillas. – todo pasa por algo.

Peter entrelazó los dedos de su mano con los de Lali, la miró enamorado.
- ¡Bueno! – Dolores exclamó, agobiada por la escena. - ¿te ha dicho Ana que ella también va a ser madre?
- ¿Cómo? - Lali sonrió y se levantó a abrazar a su hermana.
- ¡Te lo quería decir yo! – suspiró su hermana mayor. – Pero en fin… solo lo es desde hace dos semanas. Cris y yo estamos muy contentos.
- Me alegro mucho. – sonrió Lali y le besó la mejilla.

Allegra tiró del vestido de su madre.
- ¿Qué pasa mi vida? – la cogió en brazos.
- Mamá, tengo… - se inclinó a la oreja de su madre y le apartó el pelo con sus pequeñas manitas. – pipi. – le susurró.
- Bueno, vamos al baño cariño. – sonrió. – ahora venimos.

- ¿Os acompaño? – dijo Peter con intención de levantarse.
- No, mejor quédate aquí con nosotros. – dijo Carlos cogiéndolo del brazo. – tenemos cosas que hablar.
Lali negó con la cabeza y se dirigió al baño con Allegra.
- Espérame. – dijo Allegra amenazante, mirando a su madre desde dentro del baño.

- Si, tranquila. – sonrió Lali. - ¿No quieres que entre contigo?
- No. – dijo Allegra cerrando la puerta.
- Ni se te ocurra mover el pestillo ¿eh?
- No, mamá.
Lali se apoyó en la encimera del lavabo. Su mirada se volvió gacha y se frotó la sien con los dedos. Tenía estrés. Su familia le producía estrés. Rezaba por irse a la de ya. La puerta de caballeros se cerró. Ella vio el reflejo del hombre que había pasado detrás suyo. Con esa limpia sonrisa, como siempre solía tenerla. Con esa americana negra que lo hacía más atractivo. Con ese rubio de su pelo, digno de Rusia, su país natal. Con esos ojos, azul cobalto, de un profundo mar, que la habían cautivado, pero no habían conseguido enamorarla. Amadeoski. Benjamin Amadeoski estaba en el mismo restaurante que ella.

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Hola hola hola :D

Bue voy a seguir con la nove, solo porque hay chicas que quiero y que siguen la nove desde la primera temporada y no soy tan mala de dejarlas sin nove.. solo quiero un poquitito mas de firmas si?

Chicas no encuentro la cosita esa para que sigan la nove, pero ya pregunté a @Caparatodos y vemos si me dice ella, porque yo no la encuentro L

Son dos capitulos porque mañana tengo el cole y mis padres rompen que tengo que ir temprano a la cama -.- asì que subì los dos juntos J

VIERON QUIEN APARECIO? AMADEOSKI?! POR DIOOOSSSS EL MIEDO QUE TUVE QUANDO LO LEì ME ESTABA MURIENDO POR LO FEO QUE ES AAJJAJAJAJAJAJ

Y vieron que hijo de puta el Carlos el papa de Lali? Lo queria matar a patadas

Bue bue las dejo nos ‘leemos’ mañana :D

Besos @lovemeljkeyoudo ♥