Capitulo 16 y 17

Capitulo 16

- ¿No me jodas? ¿Hasta con un chándal?
Peter hizo una expresión graciosa.
- Sudada y con unos shorts… y camisa… hum… - rodó los ojos. – sí, sí, definitivamente, si.
Ella le desabrochó la camisa, hasta quitársela. Recorrió el cuerpo de él con las manos, hasta llegar a la hebilla. Peter la ayudó, quitándose los zapatos y los pantalones.
- Tengo frio. – musitó ella.

Eso bastó para que Peter apartara las sabanas y se metieran los dos dentro.
- Humm… así mejor… - dijo tapándolos a los dos. El calor emanaba de ambos cuerpos.
Peter la levantó un poco para quitarle el sujetador.
- A pesar de llevar más de cuatro años contigo, me sigue fascinando verte desnuda… - dijo observándola. – eres… eres… espectacular.

Peter le quitó las bragas de un tirón. Antes de volver a la altura de Lali le dejó un pequeño beso en el Monte de Venus. Lali buscó el borde de sus calzoncillos y los bajó.
- Y dicen que el deseo entre una pareja se termina a los dos años de estar juntos… - musitó Lali, mirando a Peter a los ojos. Él se echó a reír.

- Pues te puedo asegurar que el nuestro no se apagará nunca.
- ¿Ni a los ochenta?
- Ni a los ochenta, ni a los noventa. Llegaremos a los cien y seguiremos haciendo el amor como salvajes. - Lali se rió a carcajadas. Peter adoraba ese sonido… adoraba verla reir, simplemente, verla sonreír. Verla feliz, feliz a su lado.

- Nos dará un paro cardiaco.
- Pues que nos lo de. Al menos, nos cogerá mientras nos queremos… - Lali lo miró, emotiva de nuevo. – Oh, veo que hoy estás sensible.
- Es que tú me pones sensible.

Peter no dijo nada más, solo la besó. Mientras buscaba la ya conocida entrada a su cuerpo, mientras la penetraba, tan suavemente que la respuesta de ella fue un dulce gemido de su boca, contra la de Peter. Él se movió, despacio, despacio, lentamente. Arriba, abajo. Las piernas de Lali se entrelazaron con las de él. Los brazos se juntaron, terminando en un par de manos entrelazadas. Las bocas seguían moviéndose en ese juego erótico, en ese baile del amor. Y acompañando pequeños mordiscos, más lametones, Peter se movía suave, consecutivamente, dentro de ella. Como la primera vez. Y lo adoraba. Tanto, que le hizo perder la noción del espacio-tiempo. Llegar al séptimo cielo no era fácil. Pero con Peter, todo era posible. Y ellos dos ya habían sobrevolado hasta el duodécimo. 

Lali se despertó. Del todo satisfecha, se sentía bien. Una mujer amada. El simple hecho de mirar a Peter la complacía, más que a nadie en ese mundo. Era hermoso… Él acostumbraba a dormir boca abajo, con una mano metida entre la almohada y el colchón. Ella se aseguró de que Allegra aún dormía. Y bajó a prepararse un café para despejarse. La noche anterior, había sido… tan perfecta.Tanto, que se había olvidado de la errada de sus padres. Peter la había amado con tanto cariño… que recordarlo solo hacía que la piel se le erizara.

Puso el café en la cafetera y esperó a que la leche se calentara. El timbre sonó. Una vez, muy corta. Se acercó a la puerta y abrió. No había nadie. Qué raro. Vio que un enorme ramo de flores adornaba la entrada. Lo cogió, sonriente. ¿Peter? ¿Otro de sus detalles? Dejó el ramo en la encimera de la cocina y abrió la pequeña carta, con un sobre rosado. El papel era de un tono más clarito.

‘Las rosas son rojas, mi amor. Las violetas azules… y Allegra es igual de hermosa que su madre.’
Y debajo, en más de una firma, ponía ‘Casa morada, Toluca Lake.’

Uno. Esa letra no era de Peter. Dos. No había firma. Tres. ¿Por qué mierda le dejaba esa dirección? lali había vivido el suficiente tiempo en Los Ángeles como para saber que en esa casa no vivía nadie.

Capitulo 17

Lali se abrochó fuerte el cinturón del albornoz. Salió de nuevo a la calle y tiró el ramo de rosas en el contenedor del vecino. Si Peter lo veía era capaz de enfadarse.
Sabía cómo era, y sabía lo celoso que era. Cuando entró de nuevo a casa, el sonido de la televisión la distrajo.

- Alle, son las nueve, ¿Qué haces despierta?
- No tengo más sueño mamá.
 ¿Llamaste a papá?
Allegra miró a su madre y negó con la cabeza. Luego volvió su vista de nuevo, a los dibujos animados. ¿Dónde está Perry? La niña rió.
- ¿Quieres desayunar algo, mi amor? – dijo Lali apagando el fuego de la cafetera.
- No. – dijo Allegra.
- ¿Por qué no?
- Porque no tengo hambre.
Lali vertió el café en una taza y hizo mitad y mitad con un poco de leche.
- ¿Ni una galletita? – le dijo Lali haciéndole cosquillas a la barriga.
Allegra rió con gusto.
- No mamá. – seguía riendo. – para, para. – dijo con su voz gritona y aguda.
De una niña de cuatro años.
El café se tambaleó, hiendo a parar en el regazo de Lali
- Mierda. – se quejó Lali. – Quema, quema. – fue hacia la cocina y cogió un trapo.
- Mamá, has dicho una palabrotaaaa… - dijo Allegra con un rintintín, como si se fuera a chivar.
- Lo siento, lo siento. – dijo Lali. – Eso no se dice, tú no lo digas nunca ¿eh?
Allegra se rió. Los muslos de su madre estaban empapados y pegajosos, llenos de café.

- Ahora tendrás que ducharte… - canturreó la niña. – por hacerme cosquillas. – puso una cara coqueta y señaló con un dedo hacia arriba.
- Pues tú vendrás conmigo. – sonrió Lali.
- No quiero bañarme.
- Oh si, vas a bañarte con mamá.
Allegra negó con la cabeza y se fue corriendo. Lali la persiguió y la cogió, levantándola, haciéndola volar. Haciéndola reír.

Allegra palmeó el agua. Salpicó, cayendo al suelo. Algunas gotas fueron a parar a la cara de Lali. Ella cogió el jabón y vertió sobre el pelo de su hija. Allegra cogió una gran cantidad de espuma y sopló.
- Luego me ayudarás a fregar todo esto.
- Valeeeee. – se rió la niña. – pero cojo yo la fregona. – Aun que la fregona era más grande que Allegra.
- Como quieras. - Lali le frotó la cabeza. Allegra cerró los ojos y sonrió.
- Me gusta. – dijo riendo. – te quiero.
- Y yo, mi vida. - Lali se inclinó hacia adelante y Allegra le dio un beso en la mejilla.
- Mamá, papá y tú ¿Cuándo os casaréis? – dijo ella.

- Dentro de un par de semanas. – contestó Lali emocionada.
- ¿Te vestirás como la cenicienta? – dijo Allegra abriendo los ojos. – yo quiero un vestido así.
- No mi amor, no me vestiré como la cenicienta. – sonrió Lali, y le acarició uno de esos gráciles pómulos. – pero será parecido.
- ¿Es muy bonito? – dijo Allegra girándose y mirando a su madre.
- Mucho. Es largo y blanco.
- ¿Y el mío?
- No lo sé aún. Hoy es sábado ¿quieres que vayamos a mirar en alguna tienda?
- Si, si ¡sí! – dijo coqueta. – lo quiero de color azul.
- Entonces lo escojeremos azul. – sonrió y le pellizcó una mejilla.
- ¡Mamá! - Lali se sobresaltó.
- ¿Qué pasa?
- ¡El diente! ¡Cuidado! – dijo Allegra poniendo morros. Luego abrió la boca y se movió el diente que se le estaba a punto de caer.
- Oh dios, no lo recordaba mi niña. Pronto vendrá el ratoncito ¿cierto?
- Si. – sonrió Allegra. – Mamá, ahora te enjabono yo el pelo.
- ¿Tu? – dijo Lali no muy convencida.
En ese momento alguien picó la puerta. Peter entró.

- Buenos días mis reinas. – sonrió él, aún medio endormiscado.
Lali lo encontró de lo más sexy. Sin camisa y con esos calzoncillos abanderados largos. Y ese pelo despeinado. Y, hum… esa erección matutina. Si Allegra fuera un poco más mayor… Lali se sonrojó. Peter ya no podría ir tan a la fresca cuando Allegra tuviera unos diez años. Pero ¿para qué preocuparse? Aún quedaba mucho. Peter se puso en cuclillas y besó a Lali. Dos cortos y pequeños besos. Luego le dio un beso a Allegra, en la frente.
- Papá, sal de aquí. – le dijo Allegra cruzando los brazos.

- ¿Por qué? – dijo Peter abriendo los ojos. - ¿No me quieres?
- Sí, pero mamá está desnuda y no puedes estar aquí.
- Y tú también, enana. – le dijo Peter, enseñándole la lengua. - ¿y que?

- Pero mamá es grande, tú no puedes verla así. – Allegra se apoyó a su madre, para que Peter no pudiera ver nada.
Allegra le tiró agua.

- Vale, vale.. voy al baño de abajo.

 Lali bajó por el comedor. Frotándose el pelo con una toalla. Aun con los vaqueros pitillo desabrochados. Vestida con una remera de cuello de pico, de color verde pistacho. Y las zapatillas de ir por casa, azul marino, graciosas, donde ponía, ‘waiting for the perfect man’ y había dibujado un esqueleto con una peluca rubia.
Rodeó la cintura de Peter. Él se puso de perfil y buscó la boca de ella.
- ¿Qué haces, mi vida?
- Algo de desayunar. ¿Quieres?
- Si, por favor. Tu hija me tiró el café por encima.
- ¿Allegra?
- No, el otro. – le gastó una broma. Peter rió.
Peter se giró, esperando a que la tostadora terminara. Ahora si pudo besarla bien. Sintió la saliva, la lengua de ella, jugar con la suya.

- Mhh… - dijo metiendo la mano, plana, por la abertura de sus vaqueros. La acarició por encima de las bragas. De abajo hasta arriba, hasta el vientre, y de vuelta hacia abajo, en una especie de masaje. - ¿Vas a estrenar hoy el coche?
- Si. – sonrió. – Alle quiere escoger su vestido de damita de honor. – sonrió emocionada. – y vamos a ir al centro a comprarlo.
- ¿Necesitas…?
- No, Pitt, ya tengo. – sonrió y puso la mano en frente. – A partir de ahora, me valgo por mí misma.
- Siempre lo hiciste.

- Ya, pero parezco una puta mantenida.
- No es eso, es que mi dinero…
- Es también mío. Ya lo sé. Pero no me gusta abusar.
- ¿Puede existir una mujer más perfecta? – dijo Peter mirando hacia arriba, como si se dirigiera a Dios.

Lali rió. Peter la levantó y la sentó encima de la encimera.
- Esa risa me enloquece… - dijo mordiéndole el cuello. – Humm, Alle es mala.

- ¿Por qué? – dijo LAli mirándolo.
- No me dejo verte nada de nada.
Lali estalló en risas. Peter metió su mano por el jersey y hizo morros.

- A mí no me hace gracia.
Lali le apartó la mano y se bajó de un salto, terminando de colocarse bien la ropa.
- No Peter. – dijo imitando a su hija, lo que dijo hace un rato. - Allegra ya es mayor, tú no puedes verla desnuda.
- Oh, oh, oh. – Peter rió. – Serás mala. Ya sé de donde lo sacó esa malicia tu hija. – Peter quedó pensativo. – Por cierto, ¿Dónde está?

- Jugando en su cuarto. - Lali sonrió y se sentó en una de las sillas. –Pitt, hoy por la tarde empieza la Fiesta Mayor. - Lali hizo puchero. - ¿Vamos a ir? ¿no? ¿no? Porfaaa – Peter le dio un último beso a Lali y se fue riendo, negando con la cabeza.

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holaaaaaaaa! todo bien? yo si.. :D 

vieron aliados el capitulo 12? dios como grité.. cada cosita que pasaba yo gritaba..

Noah y venecia al fin se besaron per de los adelantes, noah va a tener una chica desnuda en su cama mientras venecia lo busca.. ay ay que hdp noah

mi azul no, va a estar en fin de vide, voy a matar alguien.. amo amo amo la pareja de Franco y Azull

bue bueeee

que cuentan? 

Besos @lovemeljkeyoudo