Capitulo 6

Capitulo 6 

Lali le dio un beso de buenas noches a Allegra y se fue hacia a la cocina. Aún llevaba el vestido de cóctel puesto. Solo esperaba llegar a su habitación para quitárselo. Terminó de recoger unas cosas y fue hacia su cuarto. No llegaba a la cremallera del vestido, antes, Peter la había ayudado a subírselo. Y de qué manera… Sonrió.
- ¿Pitt? – dijo quitándose los zapatos de tacón y dejándolos encima de esa moqueta color granate. Peter amaba el granate para adornar su habitación… matrimonial. Pero su color favorito era el verde , siempre el verde. Rió. ¿A que venían esos pensamientos? - ¿Peter? – no aparecía. – Niño, ¿Dónde estás?

Anduvo descalza, buscando en el baño, en el salón, bajando las escaleras de nuevo. Pero no lo encontraba.
- Donde se habrá metido… - suspiró, entrando de nuevo en la habitación y intentando desabrocharse el vestido, otra vez.
- ¿Con que niño eh? – sintió que alguien la cogía fuerte de las manos. Tuvo un escalofrío, al notar el duro cuerpo de Peter. Y como su torso, obviamente desnudo, rozaba su espalda descubierta. Una cachetada, dura, hizo que diera un respingo.

- ¡Peter! – se cabreó ella.
- Ah, ah… no se queje señorita. – Peter bajó la cremallera del vestido, sin dejar de cogerla, fuertemente por las muñecas.- Su novio me dijo que se ha portado mal… últimamente ha dicho muchas mentirillas… - sintió su aliento, próximo al cuello, y sus labios, rozándolo. – Por eso mandó al agente Lanzani a detenerla…
Tiró más de sus manos, hasta que Lali tuvo que arquearse un poco. Una vez estuvo el vestido en el suelo, Peterle tapó los ojos.
- No puede ver, ni tocar nada. Nada. Si no cumple, será castigada… - dijo Peter.
Lali esbozó una sonrisa. Era la primera vez que él y ella empleaban estos juegos, pero… dios, como la había excitado. Peter la tumbó en la cama.
Alzó sus brazos por encima de su cabeza y Lali escuchó como algo se cerrabaalrededor de sus dos muñecas. Tiró, y escuchó como las cadenas se tensaban. Sin dejar que pudiera mover mucho sus brazos.
- ¿Me has atado?

- ¿No lo nota? - Lali se mordió el labio. Peter la trataba de usted, como si fueran dos completos desconocidos. Eso la puso mucho.
- Y tanto que lo noto. – sonrió. - ¿Con que quieres jugar eh?
- No hable. – se limitó a decir él. – si no, será castigada. – en esa última oración sintió como a Peter se le escapaba la risa.
- ¿Y qué me harás, policía? – dijo, siguiéndole la diversión. Peter no era así, antes.

Pero de todas formas, la enamoraba. Siempre, desde siempre. El Peter del principio de su historia, frio y malévolo. Y el Peter de ahora. Romántico, pasional. Salvaje, siempre lo había sido.
Sintió el peso del cuerpo de Peter encima, y como algo frío rozaba su muslo. Algo tenso, duro, el tacto de cuero
Tragó saliva.
- No irás a… - murmuró ella. Peter pulsó sus labios con un dedo, haciéndola callar. Él sonrió y se inclinó hacia a ella.
- Cuando le duela, paro. – susurró en su oído. Y rozó el lóbulo de la oreja.

  Lali se arqueó, como señal de que le gustaba. Sintió como Peter paseaba su juguetito por sus piernas, hasta llegar a su objetivo. Rozó su vagina con la correa. A la vez, sentía el aliento de él, clavado en su cuello. Todo aquello, nunca hubiera pensado que le gustara. Pero si, dios, así era, la ponía a cien, él la ponía a cien.

Peter arrancó su sujetador. Lali sintió frio. Se le erectaron al momento. Seguía sin ver nada y eso la incomodaba. Quería verlo, quería ver que hacía. Pronto sintió un pequeño tirón en sus pezones.
- ¡Pitt! – no se lo esperaba. Y fue más por la sorpresa que por el dolor. Sintió como una fina cadena resbalaba por su entrepecho, hasta quedar en un lateral de su cintura. Sintió los besos de Peter, rodeando aquellas pequeñas pinzas que tiraban de sus sensibles pechos. – Joder…

- ¿Puede aguantarlo? – él seguía con el juego. ¿Quería que se trataran como dos completos desconocidos? Pues entonces que se preparara, porque ella también sabía jugar.
- Si… no se preocupe, puede seguir con lo suyo. – se mordió el labio. Peter quedó sorprendido ante la respuesta.Lali  le estaba siguiendo la corriente.

Sintió como una ráfaga caliente bajaba hasta su polla. La observó, con los ojos vendados, esos labios carnosos, - que si se paraba a pensarlo, no los había besado aún, esa noche. – ese cuerpo casi desnudo… y las pinzas colgando de sus hermosos pechos. Atada, para él, a los barrotes de la cama.

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  Hola, ehm, lo dije que era zarpado y no termina aqui ;) 
Me escapo, no saben la verguenza que tengo :$

Pd. son unas desesperadas!! ajajajjajajaj 

Besos @CateLanzani