lunes, 18 de marzo de 2013

Capitulo 37 y 38


 Hooooolaaaaaa Linduuurassssssss!! Mmm una de vosotros adivinò lo que va a pasar EN PARTE ;) Que pasen una buena semana :) 
Besos @CateLanzani

Capítulo 37

Sonrió tímido y bajo la mano —Bueno creo que será mejor que me valla— volteo a verme con una mueca burlona.
—No— le dije seria —quédate— no se iba porque quería, por primera vez sosteníamos una plática sin pelear y mi madre lo arruinaba —Así es ella siempre— le explique.
—Ya veo a quien saliste— dijo en un susurro.
— ¡Oye! — le reclame y solo rio.
—Ya es tarde y no puedo dejar mucho tiempo solo a Nino con los niños— paso su mano por su cabello. —Sabes, el viernes se quedaron muy tristes porque te fuiste sin despedirte de ellos.
— ¿De verdad? — pregunte enternecida, ese día me enoje tanto que me olvide por completo de ellos. —Diles que mañana pasare por ellos— le dije sonriente.
—No lo creo— negó con la cabeza.
—Pitt… No te estoy pidiendo permiso— hable seria nuevamente. —Te estoy diciendo que pasare por ellos— negó con la cabeza nuevamente.

— ¿Quién es él? — todavía se atrevía a preguntarme sobre él, después de cómo lo trato —Te estoy hablando— dijo al ver que no me detenía y seguía subiendo las escaleras
—No creo que te importe- me detuve pero no voltee a verla
—No me agrada— dijo firme
—No me interesa— conteste igual ahora si volteando a verla
—Te la has pasado con el ¿cierto? — Estaba en lo correcto —No sé porque sales con él, ¿Por qué terminaste con Pablo? — no sabes nada mama… hace más de dos semanas que habíamos terminado y apenas preguntaba por qué.
—Mama…— dije cerrando los ojos tratando de contener mi enojo —Por qué no dejas de fingir que te intereso y sigues en tus cosas- por más que trataba de no ser grosera, no podía.
—Mariana regresa— ordeno cuando volví a avanzar por las escaleras
— ¿Para qué? Siempre que intentas arreglar las cosas terminamos peor, así que mejor así déjalo. — nuevamente ignorando sus llamados subí a mi habitación, esto ya me estaba hartando.

*Cuenta Peter

— ¿Celoso?
—Cállate idiota— era una estupidez con todas las letras.
—Vamos Peter acéptalo tú también andas tras ese corto vestido— dijo Martin burlonamente —Y al parecer Pablo quiere recuperar lo suyo— se recargo en el casillero mirando hacia el casillero de Mariana donde estaba ella hablando con Martinez.
— ¿Tu no entiendes verdad?— dije con fastidio sacando mis libros de mi casillero —Martinez esta con Mary y Mariana no me interesa— dije confiado.
— ¿Seguro?— soltó una carcajada —Entonces ¿no te molesta si la invito a salir?
—Claro que no. — Como si fuera a aceptar tu invitación. Seguimos viendo hacia donde estaban Lali, Pablo y ahora Mary se había unido. Ambas se lanzaron un par de sonrisas hipócritas con miradas acecinas y la nueva ‘pareja perfecta’ se fue.
—Ya vengo— dijo con suma seguridad Martin
— ¿A dónde vas?— le pregunte incrédulo ¿Realmente le pediría a Lali que saliera con él?
—Ya verás— dijo antes de caminar en dirección de Mariana. Ella cerró su casillero y se sorprendió al verlo frente a ella, le sonrió levemente. –Te dirá que no- pensé divertido. En menos de cinco segundos él se dio la media vuelta y camino hacia donde yo estaba. Tenía los ojos abiertos a tope y su mandíbula casi se arrastraba por el suelo. Sabía que le diría que no.
— ¿Tan mal te fue?— solté una sonora carcajada
—No— parecía impresionado —Este viernes tengo una cita con Mariana Esposito.


 Capítulo 38

— ¿Qué? — mierda Peter ¿por qué gritas?
—Dijiste que no te interesaba— me señalo
—Y no me interesa— dije tranquilizándome —Solo me sorprendió un poco— si… solo eso nada más.
— ¿Seguro?— dijo sin despegar la mirada de Mariana que caminaba por el pasillo con su característica seguridad —La has tenido una semana en tu casa…— negó con la cabeza —Cualquiera ya habría intentado tenerla en su habitación— mordió su labio inferior, no podía ser más imbécil.
— ¿Y tú lo intentaras?— cerré de un golpe mi casillero
—No lo sé, no lo sé— dijo risueño —Ya veremos cómo se dan las cosas, si ya acepto la cita, no creo que se niegue a lo demás. ¿Tú qué dices?
—Yo digo que eres un imbécil— soltó una carcajada. No podía haberle dicho que sí, seguramente era una 'broma' de Martin.

Las clases pasaban y yo simplemente no lograba concentrarme ' Todos saben que es más fácil conseguir ver al presidente en persona, que obtener una cita conmigo ' recordé aquellas palabras que me dijo en el estacionamiento el día del partido. Al parecer ya no era tan difícil conseguir una. Una pequeña bola de papel golpeo mi mejilla, voltee hacia el piso y ahí estaba el mini proyectil.
'Am, ¿si me prestaras a tus hermanos?' Tome el bolígrafo negro y respondí debajo de su mensaje rosado. 'No queda de otra, y deja de llamarme Am' le regrese el papel cuidando de no ser sorprendidos, afortunadamente el profesor no se despegaba del pizarrón.

—Lali vendrá por ustedes- les dije y ambos felices corrieron escaleras arriba para cambiarse. ¿Qué les había dicho para lograr que la quisieran tanto?
Lance mi mochila junto con mi chaqueta hacia uno de los sillones de la sala, con fastidio camine hacia la cocina pero el sonido del timbre me hizo regresar.
Abrí la puerta y rodé los ojos al ver a Mariana con una enorme sonrisa parada ahí.
—Wow— dijo artículo con lentitud —Tú sí que eres un bipolar.
— ¿Pasas o te quedas afuera?— pregunte de mala manera
—Mejor espero afuera— su tono cambio, ahora me volvía a hablar fríamente.
—Como quieras— me di la vuelta pero un más que estúpido impulso me hiso regresar — ¿Por qué saldrás con Martin ?— ¡maldición Pater! ¡A ti que te importa!
—Pues porque…— comenzó a hablar pero callo, se dio la media vuelta y me miro entrecerrando los ojos. — ¿Tu como sabes eso?— dio dos pasos hacia mí.
—Él me contó— dije sin importancia. Ella puso los ojos en blanco y se volvió a dar la vuelta. ¿No quería que me enterara?
—Pues si… si saldré con el— contesto
—No respondiste lo que te pregunte— una vez más giro volteando hacia mí
—Creí que no te interesaba lo que yo hacía.
—No me interesa— reí amargamente —Solo que creí que habías dicho que era más fácil contactar al presidente que obtener una cita contigo.
—Lo sé— contesto sonriente —Pero decidí tomar tu consejo— acomodo su ondulado cabello
— ¿Qué consejo?
—‘Porque no nos haces felices a los tres’— dijo haciendo una gruesa voz —Así que no te molestare más, terminamos el trabajo y ya no hay nada que nos relacione— ¿estaba bien? Hace unos días prácticamente me rogaba.

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