Capitulo 10

 

 Capitulo 10

Belen entró cargando las maletas.
- Deja, ya te ayudo. – dijo Peter, refunfuñando. Y cogió las dos maletas enormes de ruedas como si nada. Sus músculos se tensaron.
- Creo que no soy muy bienvenida por tu parte.
- Escucha, si hago esto es por Lali. No sé que mierda le has dicho que le caigas bien.
- No le he dicho nada, simplemente soy yo misma. Por eso le agrado, de la misma manera que te agrade a ti. Hasta llegar a enamorarnos. – le guiñó un ojo.

- Yo no me enamoré de ti. Y tú de mi tampoco. Si no, no te hubieras ido de esa manera, haciéndome pensar que estabas muerta.
- No lo hice por gusto. Lo tenía que hacer.
- ¿A sí? – Dijo Peter, intentando parecer sorprendido. – Mira, dejemos el tema, lo hecho está hecho, ya no hay nada más que hablar sobre lo que pasó entre tu y yo.
Será mejor que los días que estemos aquí nos llevemos algo mejor. – Belen se inclinó, tan peligrosamente, que a Peter se le aceleró el corazón.
- Gracias por acogerme. – y le dio un suave pico.

- Apártate. – gruñó Peter, dándose la vuelta y hiendo hacia la habitación de invitados. – no vuelvas a hacer eso, si no te hecho a patadas de mi casa.
- Cuidado. – dijo Belen, irónica. – que viene el matón.
Peter la miró mal. Luego se relajó al ver la misma cama donde había tenido un sexo magnifico hacía nada, con Lali. Sonrió al saber que Belen dormiría allí, sin saber lo que había pasado.
- Esta es tu habitación.
  Belen la observó de arriba abajo.
- Confortable.- sonrió y pasó. – puedes dejarme las maletas aquí mismo. – lo dijo en un tono imperativo que a Peter no le gustó nada.
- Toma anda. – Dejó ir las grandes maletas. – intenta que no sea un total caos esto.
- ¿No sabes que yo soy muy ordenada? – sonrió – no se tu querida novia como será, pero sabes que yo siempre cuido bien las cosas, lo que es de otros, pero sobretodo lo mío. – quizás eso lo dijo en un sentido literal, mirando a Peter. Como si él entrara en esas cosas.

Él negó con la cabeza y se fue hacia su habitación. Ya eran las once de la noche y solo quedaba un día para marchar hacia Galesnjak, Croacia.
- ¿Qué tal está Belen? – dijo Lali en cuanto lo vio entrar.
- Demasiado bien, creo yo. ¿Seguro que es buena idea irnos y dejarla sola?
- No te preocupes, Peter. – la voz de Belen apareció al otro lado de la puerta.
Los observaba a los dos. Una chispa de envidia saltaba a la vista que yacía en sus ojos.
¿Pero por qué? – ya hablé con Lali, creo que ella mantiene la mínima confianza como para saber que no haré nada malo en o con su casa.
- Si, Pitt, ¿qué podría pasar? ¿Qué montara una fiesta descomunal? Belen no conoce a casi nadie aquí en Estados Unidos.
Peter no dijo nada más. Aun que seguía no muy convencido.

*

Peter observó la expresión de la cara de Lalo.
- Dios, esto es precioso… mi vida… - sonrió, y se acercó a él para agradecérselo con un beso. Aun que eso era poco, demasiado poco.
- Todo por ti… estas van a ser nuestras… - se quedó pensando – segundas vacaciones … las primeras de verdad – los dos rieron – y quiero que sean especiales… aun que mi amor… cada momento que paso contigo es especial… - la cogió de las mejillas y presionó sus labios contra los de ella, impregnándose de su gloss con sabor a fresa.
Lali miraba fascinada la casa que Peter había alquilado. Eso le habría costado un paston. Él la rodeó por detrás y le besó la nuca, ya que ella llevaba una trenza lateral.
- Entonces, ¿te gusta, pequeña?
- Muchisimo. – sonrió y volvió a besarlo.
- Vas demasiado guapa. – dijo dándole una palmada en el culo.
- Voy normal.
- Demasiado guapa. – repitió Peter con ese rintintín suyo.
Y era verdad. A ella le gustaba vestirse bien, normal, comoda. Pero a la vez guapa, solo para él. Llevaba unos pantalones pitillo tejanos y unas camperas de tacón. Y la chaqueta con la capucha emplumada.
- ¿Entramos? A dentro encenderé la chimenea, ya verás que bien se estará. – mordió el lóbulo de la oreja de Lali y ella se estremeció.

- Vamos.
Peter sacó unas llaves y abrió la puerta de entrada. Lali aún quedó más fascinada por el interior.
- Esta casa es fantástica.
- Si quieres la compro y venimos aquí a pasar las vacaciones.
  Ellalo miró boquiabierta.
- ¿Estás loco? Ya bastantes gastos tenemos con nuestra casa en Los Ángeles.
Además de que tienes una cala privada con esa casa… - Lali se sonrojó en pensar todo lo que había pasado allí.
- ¿Y qué? Pues bien que nos lo podemos permitir.
- Tú te lo puedes permitir, Pitt. Yo tengo un oficio en el que cobro bien, muy bien para ser exactos, ya que tengo mi carrera y todo eso. Pero no estoy forrada como tú. – alzó una ceja y a Peter le pareció muy gracioso.
- Sabes que mi dinero también es tuyo.
- Demasiado que lo se. – dijo mirando hacia el suelo. – parezco una niña de papá de lo mimada que me tienes.
- No, no pareces una niña de papá. – la volvió a abrazar, pellizcando una de sus mejillas y viendo esos ojos, ligeramente maquillados, deliciosamente teñidos de un color precioso. – eres la niña de Peter. – Y ambos rieron.
- Eso, ni lo dudes.

 - ¿Sabes que aquí no vive nadie? – rió pETER – quiero decir, si, hay gente, pero esto es muy turístico… perfecto para los amantes, pues la isla tiene forma de corazón. – desató la trenza de Lali.
- Eh. – se quejó ella.
- Desmelenada estás mejor. – dijo alborotando su pelo. – Bueno, estás perfecta de todas las maneras… pero me gusta el pelo a lo… leona, cuando terminas de follarme. – eso fue suficiente para que la temperatura empezara a crecer.

- ¡PETER! – se quejó ella.
- ¿Qué? Bien que te gusta que te hable sucio cuando estás montándome…
- Pitt… - se volvió a quejar ella.
Él no dijo nada. Cogió su mano. Aún llevaba las uñas pintadas de ese granate oscuro, pasional. Las uñas, ni largas ni cortas, sin morder, perfectas. Quiso que en esos momentos esas perfectas manos le cogieran… allí abajo y hasta clavaran aquellas uñas.
Provocando una sensación de placer y dolor. La lujuria creció en el interior de Peter.
Besó su mano, entrecerrando sus pequeños ojos color miel. Y lamió sus dedos, haciendo gemir a Lali. Le desabrochó la chaqueta y le empezó a quitar el jersey, sin dejar a parte esos eroticos y seductores besos, que ahora subían por su brazo.Ella lo retiró, suavemente.
- Será mejor que vayamos a dar una vuelta. Quiero visitar el lugar, ahora que hay la luz del día.
- Pero…

- Por la noche… - dijo inclinando la cabeza – Te juro que nunca me canso de hacerlo contigo, y nunca me cansaré. Pero… dejemoslo por la noche. – sonrió y lo esquivó. – ahora voy al baño… llevo todo el viaje aguantándome.

Peter sonrió. Aun que se había quedado con las ganas de más, de mucho más. Sintió como su dolorida erección se movía dentro de sus vaqueros azul marino. Se quitó la chaqueta, esperando a Lali. En el comedor había un espejo grande. Observó su reflejo por unos instantes. No cabía duda de que era atractivo, ¡dios! En poco tiempo había echado más músculo y todo. Se fijó en un detalle. Sus ojos, oscurecidos por la excitación. ¿Siempre se le ponían así cuando ella lo calentaba?
Concluyó que sí. Eso lo hacía aún más erótico. El verde oscuro de sus ojos se había extendido de tal manera, y solo por la excitación.

- Que me has hecho Lali... – entonces, se dio cuenta de todo lo que había podido cambiar por una mujer. Ya no era frio, ya no. No solo pensaba con la polla.
Pensaba más con la cabeza… de arriba. Pero sobre todo con el corazón. Por muy cursi que sonara, estaba enamorado de ella. Nunca había sentido todo esto, pero no se arrepentía. De nada, hasta el momento. – Que me has hecho, mujer de mi vida… - se volvió a repetir, sonriendo y negando con la cabeza.

 

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Hola chicas :D todo bien??? 

Ayer pregunte algo, no pedì la luna, o que los Teen volvieran (eso si que seria bueno :D) una pequena frase busco, por favor :C

Besos @CateLanzani ;)