Capitulo 14

Capitulo 14

Lali terminaba de recoger unos papeles del escritorio.
- Bueno… - dijo mirando el reloj. – aun tendré tiempo de cenar con Peter. – sonrió, viendo que habían pasado tres horas y eran las nueve menos cuarto de la noche.
Mary se asomó por su despacho.
- Lali...
- ¿Si?
- Hay una chica… Nina, creo, quiere verte.

- Ah… - Lali quedó pensativa. V
Belen. – dile que puede pasar… - sonrió. -
¿Le habrá pasado algo a Peter? – dijo preocupada.
Belen apareció en su despacho.
- Hola, vida. – la saludó ella.
- Buenas noches. – sonrió Lali. – Dime… ¿ha pasado algo con Peter?
- Oh, sí, eso quería contarte… - se sacó el móvil… - es… una pequeña cosa que quería mostrarte…

El volumen al doce, al tope. Le dio al play. Y le enseñó el video a Lali. Ella quedó extrañada al principio. Las piernas le empezaron a temblar. Belen no dejó de formar una sonrisa en su cara. Mientras veía la expresión de Lali. Viendo a Peter . Viendola a ella misma. Follando. Y gemidos, y jadeos, y deseos entre ellos dos.
Los ojos de Lali empezaron a humedecerse.

- No… - susurró. No sentía su cuerpo, pareció como si su alma hubiera volado lejos y la hubiera abandonado. Una sensación de ira y de pura depresión la abrumaron. - ¡No! – masculló, aun sintiendo en su cabeza a Peter disfrutando de Belen, haciéndoselo, mientras gemía su nombre.

Lali tiró el móvil contra la pared y se cubrió los ojos con las manos. Le ardían. De dolor, de pura ira, de todo en general.
- Es de apenas hace una hora. – sonrió Belen. – espero que disfrutes de tu luna de miel. – se rió y se dirigió hacia la puerta. – Por el móvil, no te preocupes, ya me compraré otro… total, la tarjeta de memoria es la misma. Así lo tendré de recuerdo.
Lali se levantó. Las mejillas le ardían, las lagrimas caían por su cara. Le tiró un pote lleno de lápices y bolígrafos a Belen.
- ¡Eres una pedazo de puta! ¡Sal! ¡Sal y no vuelvas! ¡Muérete! – le gritó.
Belen solo se divirtió más. Se volvió a acercar a ella. Con intención de vacilarla, quizás pegarla y todo si se le venía en cara.
- ¿Qué dices? ¿Una puta? – sonrió. – Quizás, pero bien que he disfrutado de tu querido y ‘enamorado’ Peter. – fue a colocar una mano en el mentón de Lali.
- Saca tus manos de mí. – dijo ella. Belen sintió como en su vientre, algo apretaba.
- Oh, nunca pensé que la mosquita muerta de Lali fuera a llevar un arma encima. Me sorprendes.

- Quizás fuera la única idea buena que tuvo el capullo de Peter. Ahora vete si no quieres que te atraviese el cráneo con una bala, zorra. – Belen tardó en quitarle las manos de encima. -¡Que te vayas! – cargó el revólver y apretó más la boquilla de la pistola contra su abdomen. Belen al fin la dejó ir.
- Que te vaya bien. – hizo una señal con el brazo y desapareció por la puerta.
Mientras que el mundo de Lali se derrumbaba en mil pedazos.

*

lali entró a casa. Sin hacer ruido, cogió la maleta que horas antes había dejado. Sin coger nada más, allí llevaba un buen equipaje. La volvió a arrastrar hasta la salida. Deseó que Peter no estuviera, o que simplemente no se enterara de que estaba allí. Pero las luces se encendieron. Y él apareció por el corredor, en frente de ella.
- Hola… - dijo él, esbozando una triste sonrisa.
Lali no sonrió. No. Nunca. Le dolió mirarlo y las imágenes pasaron otra vez por su cabeza, como una jodida diapositiva. Ella solo abrió la puerta de entrada y se dispuso a salir.
- ¿Dónde vas? – Peter bajó el peldaño que había en la entrada, justo con una pequeña alfombrilla. Cogió a Lali. Por el brazo.

- Ni te atrevas a tocarme. – masculló ella, girándose y mirándolo, de nuevo con los ojos en lágrimas. Entonces Peter supo que lo sabía. Él la soltó, a duras penas. Su mundo también cayó, imaginándose lo peor. La estaba perdiendo. – Después de lo que has hecho, ni te atrevas, Pedro. – habló decidida, a pesar de que las lágrimas correteaban por sus mejillas, ardientes. Y Peter, aun así, la encontró adorable. Era la mujer más preciosa del mundo.
- La... yo…
- Tu, ¡nada! – gritó negando. – Tu eres un gran cabrón. No sabes lo que duele… no lo sabes…

- Puedo explicarlo…
- ¡No hay nada que explicar! – gimoteó, dejando que más lágrimas mojaran su cara. – el video lo dice todo.
- ¿Qué video? – musitó Peter.

- Belen os ha grabado.
- Hija de puta…
- Si, hija de puta, pero si no fuera por ella apuesto a que no me enteraría, al menos no por ti.
Peter intentó abrazarla.
- No te acerques. Ni me hables, ni me sonrías. Ni me llames. Me voy. No me busques, olvídate de mí.

- No puedes pedirme eso. – Los ojos de Peter se humedecieron, empezando a difuminar su vista, una fina capa de lágrimas también.
- Habértelo pensado antes.

- ¡Lo siento! – le pidió. - La, no me dejes, ¡joder! Eres mi puta vida… te amo…
- ¡No! - Peter se cabreó. – No me digas eso, no es cierto. Duele pensar que me engañaste, que todos esos te amo, te quiero, todos esos momentos fueron una farsa.

- No fueron ninguna farsa… mi vida… fueron ciertos… yo… he cometido un error… pero…
- Un error imperdonable. – dijo Lali cruzándose de brazos. – No quiero oir más, no quiero verte más, me voy.

Se giró, pero Peter la cogió, abrazándola, contra su cuerpo. Lali intentó oponerse, forzando, pataleando, insultándolo. Con mala gana, no de broma. La broma se había acabado. Y dolía. Peter pensó que a pesar de todas las guerras y batallas en las que había estado, nada nunca le había dolido más. Lali se rindió, llorando en su pecho.
- Te amo, mi niña… perdóname… - dijo abrazándola.
- Déjame, Pedro… - dijo cansada. Cansada de luchar con él. No podía, dolía demasiado. Un nudo la ahogaba, algo la quemaba por dentro. – No puedo más… - se mareaba, dios, no podía seguir con esto. – Suéltame… - le pidió. Peter no hizo caso. – Por favor…

Él abrió los brazos. Lali resbaló por la puerta y se abrazó sola, escondiendo su cara. Empezó a llorar, fuerte, con… dolor. Peter pensó que moría. Que él moría. No podía, no quería verla así, pero era por su culpa. Todo era por su culpa.
- La... – le frotó una pierna. Sus lagrimas también empezaron a rodar por los parpados. Pero no se avergonzó. – ¿No… podemos…?

- No. – sollozó Lali. – No… arreglaré nada… contigo… - lo miró por encima del brazo. Tiró los mocos hacia arriba. Y cuando se vió en condiciones de volverse a levantar, lo hizo. Parecía un zombie, no sabía muy bien lo que hacía, se dejaba llevar por sus sentimientos. Y ni dios quiera saber cuáles son sus sentimientos en este momento. Entonces lo dijo. Lo que más podía llegar a dolerle a Peter. – Me das… asco. Te odio.

Agachó la mirada, y dejó caer el anillo de compromiso, al lado dePeter. Él abrió los ojos. Se giró, cogiendo de nuevo su maleta, y se fue, cerrando la puerta detrás de ella. Peter la dejó marchar. No había nada a hacer. La había perdido.

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Vieron? No todo es de color rosa.. Pero no termina asi.. Belen queria vengarse con quien mato a su hermana.. 

Perdon por no subir ntes es qua aca en Italia eran la una de noche 
Besos @CateLanzani