Capitulo 6

Capitulo 6

Lali se metió en la cama sin hacer ruido, dándole la espalda a Peter. El la abrazó por detrás y besó su hombro.
- ¿Estás enfadada?

- No, no… tú verás, yo te respeto. – se giró y le sonrió. – Fue culpa mía, no tendría que haberte prestado tan poca atención y tendría que haber buscado un huequecito para pasar tiempo contigo…
- No… no te preocupes, tampoco ha sido para tanto. – besó sus labios.
Lali intentó evitar apartarse. Tendría que esperar para darle su merecido – Puedo aguantar un mes sin acostarme contigo.

  Lali sonrió y se dio la vuelta de nuevo. ¿Con que si, eh? Que mentiroso estás hecho… y pensabas que no iba a notar que algo extraño pasaba… Sopló.
- Estás cabreada. – Dijo Peter riendo – te conozco más que a mi mismo, te pasa algo.

- No, enserio, da igual. Es que quizás sea yo la que necesite un buen polvo ahora. – DijoLali sin girarse. – pero no lo tengas en cuenta… supongo que, si tu quieres, mañana, todo volverá a la normalidad.
- Tienes razón. – Peter se inclinó y la besó en la mejilla. – Buenas noches mi vida.
Lali sintió como la cama se movía. Peter se había tumbado, de espaldas a ella también.
- Buenas noches Peter.

El estomago le gruñó. Domingo por la mañana. Echó en falta a algo. Peter no estaba a su lado, sentía frio por el lado derecho de la cama. Se levantó. Sintió como volvía a tener el pelo demasiado enredado. Cogió el albornoz y se lo envolvió alrededor del cuerpo, la bata era demasiado fina para andar por casa a medianos de invierno con tan solo eso.
- ¿Pitt? – dijo, frotándose los ojos, mientras se ponía las zapatillas y se dirigía a la cocina. - ¿Peter?
Vio una nota pegada a la nevera.

‘Fui a por el desayuno, vengo dentro de media hora… no quise despertarte. Te amo, Peter.’
Sonrió y dejó la nota encima de la encimera de la cocina. Buscó un vaso y vertió un poco de zumo. Desayunaría con él, pero tenía que beber algo, tenía la boca sequísima. Alguien llamó a la puerta. Peter tenía llaves, así que no podía ser él.

- Voooy. – dijo relamiéndose por el resto de zumo de melocotón que quedaba en su labio superior y hiendo hacia la entrada. Bajó el peldaño y abrió la puerta. Un chico joven esperaba en frente, con una gorra Nike, una chupa de cuero negro, un casco de moto en un brazo y una caja en las manos.

- Pedido para… - miró el papel - ¿Mariana Esposito?
Lali se acordó de lo que había pedido a la noche anterior. Petern era bueno, muy bueno con ella… pero esta se la devolvería. Estaba cabreada, celosa, enrabiada.
- Sí, soy yo… ¿Cuánto te debo, chico?
Él la miró de arriba abajo. Sabía perfectamente lo que contenía el pedido, y dios sabe lo que pasaba por su mente en esos instantes.
-Setenta y dos dólares con noventa y cinco centavos.
- Joder, salió caro el conjunto de las narices… - Lali cogió la cartera del mueble de la entrada y le dio ochenta dólares.
- Quédate con el cambio, habrás tenido que correr mucho para entregar eso en tan poco tiempo.
- Gracias, guapa. – le sonrió y se dio la vuelta para irse de la casa de Peter y Lali.

 

Peter entró con un par de bolsas.
- Ya estoy aquí. – dijo bajito por si Lali aun dormía.
Ella no contestó.

- Aun estará durmiendo… - Peter sonrió y dejó las dos bolsas de comida en la encimera, junto a la nota. Vió una caja abierta en la mesa del comedor, pero no hizo mucho caso.
Pasó directamente a la habitación. Vio a Lali, aun dentro de la cama, tapada.
Levantó un poco la persiana.
- Venga dormilona. Son ya las doce. – dijo Peter, girándose hacia a ella. - Vaya…

Se quedó mirando perplejo a una Lali despampanante. Con unos buenos rizos bien definidos que enmarcaban su pequeño rostro, y lo hacían más angelical, dentro de lo que cabía, un collar amarrado al cuello con un cascabel en el medio… -
Peter deseó lamer alrededor de la cinta azul eléctrico. – el cual hacía juego con el azul… de ese fantástico conjunto de sujetador y tanga con detalles negros que hacía que sus curvas fueran aún más despampanantes – y que por desgracia, se le hacía jodidamente conocido - . Unas sandalias de tacón que afeminaban aún más sus piernas… Un maquillaje oscuro en sus ojos y algo más rojizo en sus labios. Peter tuvo una erección instantánea.

- Dios… estás… - se abrió de brazos – me dejas sin palabras…

- ¿Entonces? ¿Ya tienes ganas hoy? - Lali se levantó y lo cogió del cuello de la camisa, girando sobre ellos y tumbándolo en la cama. Ella se colocó encima de él y sobó su erección por fuera del pantalón. – Esto me lo confirma…

Besó a Peter, tan ansiosamente, que hasta a él le sorprendió. Pero le gustaba. Ella estaba enfadada, si, mucho, pero eso no quitaba el que Peter siguiera siendo su hombre, su chico, al que tanto amaba y al que tanto deseaba. Y las tres semanas de sexo fueron escasas tanto para el como para ella. Estaban empate. Bueno, empate no. Ella no había utilizado sus manos para saciarse.

 

- Nena… - Peter se subió los bóxers, aun que su polla ya mojada por Lali  y totalmente empalmada luchaba por salir. – No… no te cabrees… tu eres mucho mejor que cualquier modelo de PlayBoy.
lali lo observaba. No estaba enfadada, intentaba aparentarlo, pero por dentro se reía a carcajadas. Peter no podía aguantar las ganas de tumbarla allí, encima de la encimera de la cocina y embestir su dulce sexo con fuerza… estaba tan excitado.
Y verla así aun lo ponía más cachondo.

- Dime algo… - murmuró Peter acercándose. Le acarició una mejilla.
  Lali no lo rechazó esta vez.
- ¿Qué quieres que te diga?
- Todos hacemos eso, y más si me tienes con abstinencia todo el mes…
- ¿Todo el mes?
- Tres semanas. Da igual… con una novia como tu ¿Quién puede aguantar sin tener sexo durante tres jodidas semanas?
- ¿Y por eso tenías que usar la revista?
- Será que tú no te has puesto calentita con alguna peli porno o algo por el estilo. – dijo Peter alzando la barbilla y sonriendo picaro. Lali se sonrojó - ¿ves?

- Yo no hago eso.
- Lo que tu digas. – Peter alzó los brazos. – ahora ¿me perdonas?
Lali se rió, sin decir nada, y corrió hasta la habitación de invitados. Peter negó con la cabeza, sonriendo. Parecía una niña. Pero así la amaba. Se dirigió hacia esa habitación y apagó la luz, cerrando la puerta. Seguido, sintió las manos de Lali, abrazandolo por detrás y recorriendo con sus finos dedos sus abdominales. Peter se estremeció.

- Un poco más abajo… - dijo Entrelazando sus dedos con la mano de ella. – Tengo muchas ganas de ti, mi amor… - se giró y buscó su boca, deleitándose en su sabor único. – Vamos…
Lo cogió y la tumbó a la cama. Una carcajada se escapó de la boca de Lali.
Él se colocó encima suyo, bajó por su cuerpo y le mordió una nalga.
- Mmh… pero que culo… - Peter bajó el pequeño tanga y sintió lo humedad de Lali. No pudo evitar hundir su boca en ella. Un gemido de sorpresa y ahogado se escapó de la boca de ella. Peter aceleró los movimientos de su lengua. Dios, sabía tan bien. Sentía como las caderas de Lali se movían incitándolo a que siguiera, que le gustaba. Y su humedad se expandía, junto con su delicioso olor que lo ponía más duro que una piedra. Se separó un poco. - ¿Te gusta, gatita?

 

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Hola chiiicasssss perdon por no subir ayer, pero como ya saben tengo la fiesta y la escuela, que me esta matandooooooooo.. Esta noche no se si voy a subir, porque hacen veer una novela que termina hoy y ayer me dejo :O.

Deje solo Peter y Lali calientes? ajajajajajaj 

Que pasen bien TODA la semana, un beso @CateLanzani :D