Capitulo 3

Capitulo 3

Nada. Ni rastro de Lali. ¿Dónde se habrá metido? Peter adoraba que se pusiera celosa, eso lo ponía sobradamente… Pero cuando pillaba estos cabreos, lo irritaba. Y lo irritaba más no encontrarla. La preocupación no disminuía, el estado de California era suficientemente peligroso como para que una mujer como Lali andara sola por ahí. Ya eran las cuatro. En casa no estaría, y seguramente ya hubiera terminado de comer. Volvió hasta el centro de fisioterapia para ver si había vuelto allí. Cuando atravesó la puerta, quitándose las ray-bans, produjo algún que otro suspiro de alguna de las chicas que estaban allí. Pero Peter no tenía tiempo– no quería – de mirar a ninguna de ellas. Abrió la puerta del despacho de Lali. Nada. Bueno, si, algo…
- ¡Peter! – dijo ella cuando el se acercó.

Él negó con la cabeza. Se sintió mareado.
- Pero qué coño… - dijo mirándola.
- Mi vida… - Belen le acarició la mejilla.

- No. – le apartó la mano, de golpe. – Ni mi vida ni mierdas. – la miró, más enfadado que nunca. – ¿Por qué has vuelto?
- Pensé que te haría ilusión saber que no estoy muerta.
- ¿Sabes? Me da lo mismo, si estas viva o muerta.
- ¿Con que esas tenemos? – ella sonrió, tan maliciosamente como solo ella sabía hacerlo – No me mientas… estuvimos tanto tiempo juntos… - se acercó a él, casi rozando su boca. Ese contacto, ese perfume, ese color tan rojo de los labios… y tantos… – Que no me creo que me hayas olvidado. Me amas… te amo… – …tantos… recuerdos.

Pero Peter tuvo el valor de rechazar el beso de Belen.
- ¿Qué te crees que estás haciendo? – masculló, levantando una ceja. – Te repito que ahora mismo estoy de puta madre sin ti. He conocido a una mujer a la que tu no le llegas ni a la suela del zapato.
Una risa aguda salió de la garganta de ella.
- ¿Eso piensas? Después de pasar tantas noches junto a mí, repitiéndome que me amabas más que a nadie…
- Eso creía, pero acabo de descubrir que es el amor de verdad y… y es lo que siento por Lali.
- Cuando te canses de ella, vendrás a buscarme, como siempre. Tú no has cambiado, ni cambiaras, siempre has sido mujeriego.
Peter sonrió.
- Que te den, zorra. Y ni se te ocurra juzgar a Lali.
- Cuidado. – dijo Belen haciendo una mueca – Mira como tiemblo…

 - Tu hermana decía lo mismo. Y mira lo que le pasó.
Belen puso expresión pensativa.
- Aún estoy intentando averiguar quién fue la persona que la mató. – sonrió de nuevo – se que tu no fuiste, nunca haces daño a una mujer si no es en autodefensa. Y menos la matas. – entrecerró los ojos. – Estoy en la duda de si es tu estúpida novia. –
Luego negó con la cabeza – No, no puede ser… es tan mosquita muerta. ¿Qué sabrá ella sobre armas y guerras? Completa cursi. De veras, no pegáis, para nada.
Peter agarró a Belena del cuello, sin aguantar más de la rabia.
- No vuelvas a nombrarla. – la estriñó fuerte contra su puño. – Ni se te ocurra volver a insultarla. Te mato. – la levantó aun más, por encima de su cabeza.

Belen golpeó con las piernas el pecho de Peter. Pero a él le dio igual. La soltó. Ella cayó al suelo.
- No sabes de lo que soy capaz, Belen. No me subestimes.
- Nunca lo… hice. – dijo ella tosiendo, a la vez que sonreía.
- Estás loca.
Belen hizo caso omiso al comentario de Peter y siguió con lo que estaba, hacía unos minutos.
- Hey, deja eso. – dijo Peter , acercándose a ella, ya que estaba ojeando folios del escritorio de Lali.
- Tranquilo, solo quiero saber con quién estás. – dijo, volteando una de las hojas que tenía en mano. – Y la verdad es que no es muy interesante… - el la miró mal. – es cierto, cariño, te repito, no sé qué haces con esta mujer…

  Belen se rió, descaradamente, de nuevo.
- Y pensar que me la podría cargar ahora mismo. – cogió una pistola que llevaba en el liguero, subiéndose un poco la falda negra, mostrando con desinterés aquel par de muslos generosos… que Peter había acariciado tantas veces. – Dejarle las cosas claras… quien manda aquí… y a quien le perteneces. – a mí.

 - Deja la pistola, por dios, Belen… - Peter suspiró – estás loca ¿lo sabías?
- No piensas así, en el fondo.
  Peterrió.
- Venga, basta de tonterías… vete, no pintas nada aquí.
- ¿Nada? Soy clienta de tu novia. Creo que tiene que atender a cualquier persona, además, ella no me conoce. – miró a Peter ladeando la cabeza - ¿O sí? ¿Le has hablado de mi alguna vez? Seguro que si meto la mano en el fuego, no me quemo. –
- No. – mintió Peter – no sabe quién eres. ¿Para qué debería hablarle de alguien tan insignificante?

- Cállate, mentiroso. ¿Tan insignificante? Recuerda que he sido a la mujer que más has amado, o si no recuerdo mal, como tu solías decir, a la única que has amado.
- Me he dado cuenta de que ni una ni la otra. Lali es la que encaja en ese papel.
- ¿En qué papel? ¿El de princesita? Por dios Peter, ¿des de cuando te va ese rollo?
- Ella es perfecta.
- No. Vosotros dos no pegáis ni con la goma más fuerte. – entrecerró los ojos – mírate. Eres demasiado hombre para una joven así.
- ¿Así como? – Peter se sentó en la butaca de en frente de Belen.
- Pues… así… - se sentó a horcajadas encima de los muslos de Peter. Él se opuso, pero ella se salió con la suya – a la que le falta de esto… - cogió la mano de él y la pasó por su sien – y de esto. – ahora la llevó, directamente hacia uno de sus pechos, bajando por la curva del vientre, hasta su trasero.
- Bel…
Un portazo sobresaltó a Peter y a Belen. Él se giró. Se levantó de golpe, haciendo que Belen casi cayera al suelo.

- ¿Te lo pasas bien, eh? Primero te comes con los ojos a una de mis amigas mientras ella te tira la caña y ahora estas a punto de follarte a una de mis clientas en mi propia oficina. – Cruzó los brazos y intentó que las lagrimas de rabia no salieran, al menos, más allá de sus parpados temblorosos.

- No es lo que piensas, mi amor… - Peter se acercó a ella e intentó abrazarla –Yo no…
- Vete a  la  mierda. – Le espetó Lali.
- Yo… lo siento. – dijo Belen con una voz culpable – No sabía que él era tu marido.
- No, cariño, no es mi marido. – dijo Lali suspirando – es mi novio, o eso creía. – Intentó sonreír. – No te preocupes, tú no tienes la culpa. No es la primera vez que Peter se olvida de que tiene pareja.
- Oh… eso es muy indignante por tu parte, Peter. – dijo Belen.
- Nina. – dijo Lali, cojiendo su lista
- Dime…
- Si no te importa, cambiamos tu hora para mañana.
- Como quieras.
- Ahora, discúlpame… tengo que perder de vista a una persona. – le lanzó una última mirada, llena de odio, a Peter y cerró la puerta,  con un portazo.

- Guau. – se rió Belen. Peter aun estaba con la boca abierta. – Entonces, no es tan mosquita muerta. Tiene su mala hostia.
Peter negó con la cabeza. Apretó los labios, intentando no soltar toda la rabia en darle una paliza a aquella jodida mujer.
- No me puedo creer que seas tan hija de puta. – Y la dejó allí, saliendo del despacho de Lali. – Mi amor, espera… - dijo, corriendo detrás de Lali– No es lo que piensas, por favor, déjame explicarte…

- Que no, que no me cuentes nada. Que me dejes. - Lali ni siquiera se giró. Se metió dentro del coche. – Mary, ¿me cierras tu el centro, por favor?
La rubia le hizo un gesto de aprobación. Lali sonrió a su vez, metiendo las llaves para encender el motor.
- Que hagas lo que quieras con tu vida, pero ahora mismo, estoy EN-FA-DA-DA. Así que, mejor déjalo aquí. – Le dio al acelerador – Ahora, si me permites…

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Hola chicas! todo bien? Espero que si..
Ahora me pregunto: tan pocas firmas por todas las visitas que recibe el Blog? No les gusta la nove? ahhh no entiendo... La quieren menos zarpada? Digange ustedes..

Besos @CateLanzani :)