Capitulo 14

Capitulo 14
 
Entraron de nuevo al chalet de Peter. Él se quitó el jersey de licra, dejando ver sus músculos, tensados.
- Son las tres de la mañana, deberíamos estar durmiendo. – dijo Peter fastidiado – como te vuelvas a intentar escaparte, te tendré que castigar – dijo con un tono más pícaro.
Lali arqueó las cejas. Preparándose un vaso de leche caliente, porque había perdido el sueño, lo miró descarada. Aun que no estuviera excitado, los pantalones de licra negro se apegaban a los fuertes muslos de Peter… a los ejercitados gemelos… y a su potente masculinidad.
- ¿Castigarme, tu a mi? – dijo ella riéndose – te queda bien este traje negro. – murmuró sonriente. Peter le devolvió la sonrisa.
- Te pone. – le masculló, sin ningún escrúpulo.
- Yo no he dicho eso.
- Lo digo yo. – Peter se sentó en el sofá.

Lali cogió el vaso de leche de dentro del microondas. No quiso seguir discutiendo.
- Auch. – se quemó y dejó el vaso en la encimera. Fue a sentarse al lado de Peter, a mirar de nuevo el televisor, hasta que se enfriara un poco. Pero él la cogió y la hizo sentarse a horcajadas encima de él.
Le dio un rápido beso a la boca.
- A mí sí me pone está Lali enfadada.
- ¿Estás muy necesitado, verdad? – masculló alzando las cejas. Intentó levantarse pero Peter la apretó más hacia a él.
- ¿Qué fue lo de antes?
- ¿El qué?
- Que te fueses de esa manera. – la miró a los ojos – no me digas que no quieres que te folle, cuando escuché que anteayer te masturbabas después de que intentara saborear tu dulce co…
- ¿Puedes ser algo más fino? – dijo Lali más sonrojada que nunca.
- Eres adorable cuando te sonrojas.

Lali bufó. Ese hombre la sacaba de quicio.
- ¿Entonces? – reprendió Peter.
- Digamos que mis anteriores experiencias no fueron muy buenas. – mintió y fue sincera a la vez.
- Pero conmigo sería distinto.
- ¿Cómo puedo saberlo?
- Probándolo.
- ¿Tantas ganas tienes de acostarte conmigo? – puso los ojos en blanco –
Ahora, va en serio Peter… eres un hombre que podría conseguir a cualquier mujer… ¿Por qué yo? ¿Por qué te rechazo y eso te pica?

- No. Por el simple hecho de que eres especial.
Peter tumbó a Lali en la cama de la habitación de invitados, donde se había instalado ella. La besó con tanta fuerza que se quedó hasta sin aliento. Hambriento, parecía hasta desesperado. Deseaba tanto a Lali... Si, era especial… diferente.
No una cualquiera. Tenía su dulzura, su inocencia, discutía con él. Su carácter lo volvía loco y su manera de ser le encantaba, por no decir otra cosa.
Lali arqueó el cuerpo, topando con el abdomen de Peter. Error… eso era una invitación como una casa.
- Si no quieres que te penetre, al menos… vayamos paso a paso. – le murmuró en el oído – solo pude probarte en un escaso minuto, ahora vas a dejar que te lo haga bien, quiero que te corras en mi boca.
 
Lali se excitó tanto con sus palabras que hasta llegó a gemir. Peter le quitó las botas los vaqueros y el jersey, dejándola en un nuevo conjunto. La observó. Le era suficiente con eso. Lali se aguantó las ganas de cubrirse, la mirada de Peter la avergonzaba.
¿Qué pasa por esa cabeza cuando me miras? Cuanto me gustaría saberlo…
Peter se inclinó y le quitó el sujetador, desabrochándolo por el encaje de delante. Gimió al ver los pechos de la joven.

- Eres tan… - metió uno de sus caramelos en la boca y lo succionó con fuerza, haciendo que Lali jadeara de placer y dolor a la vez.
- ¿Tan… qué? – dijo arqueándose ante él.
- Tan… perfecta… - la miró – dios, no es bueno tener una mujer como tu metida en mi casa…

La volvió a besar. Y siguió bajando y bajando por su cuerpo. lali estaba nerviosa… pero la excitación podía con todo. Deseaba tanto a Peter… era un hombre testarudo y odiable cuando quería… pero le encantaba. Una oleada de aire le vino de repente. Peter le había quitado las bragas. Sintió como él le levantaba las piernas y las ponía apoyadas en sus hombros, acariciando su ancha espalda. Lali se estremeció.

- Aún no he hecho nada y ya te estás retorciendo de gusto… - dijo Peter mirándola entre sus piernas. – Tranquilízate… yo no voy a tratarte como los cretinos de tus ex novios… la primera en disfrutar serás tú.
Sintió como la boca de Peter empezaba a besar su monte de Venus. Dios mio, no iba a poder aguantar nada con este hombre practicándole sexo oral. Sintió como Peter gemía.
- Hueles tan bien… - se hundió en ella. Lali casi grita de la sorpresa. La lengua de Peter empezó a juguetear con su clítoris, sus dientes le rozaban la carne más sensible que tenía en el cuerpo. Sus labios, eran una tortura; su boca, el cielo. – Dios, y sabes tan bien…
Sintió como los dedos de Peter se clavaban en sus muslos, la apretaban más contra su cara. Peter la quería devorar.

- ¡Piiiiiiiitt! – gimió arqueándose entera. El cuerpo le empezó a convulsionar - ¡Dios mío, no pares!
La lengua de Peter la seguía torturando, frotándola de arriba abajo. La fricción era más que magnifica, en ese estado… Lali era tan vulnerable… tanto que si Peter la hubiera penetrado con su enorme arma no se hubiera opuesto. Peter se separó a milímetros. Ella echó en falta el contacto de su lengua.
- ¿Puedes aguantarte? – Lali hizo fuerza en las piernas. – Así… muy bien.

Ahora supo el por qué. Peter aprovechó la mano izquierda para ayudar a su propia boca. Lali_ se sentía completamente llena, no iba a aguantar mucho más. Sentía como Peter gemía contra su húmeda vagina. Eso no hizo más que excitarla. Volvió a combulsionarse, más fuerte.

- Ahh… sigue… ¡sigue! – gimió. Lali sintió como Peter sonreía. Él le metió más los dedos. Ella volvió a tener espasmos, estaba a punto.
- Joder, tu coño es tan apretado… - murmuró tan cerca de su humedad que Lali estuvo a punto de estallar. - ¿estás a punto de correrte?
- ¡Sí! – gimió Lali con los ojos cerrados, cogiéndose de las sabanas. –Dios mío, no te pares ¡Piiiiiitt!
Peter no dudó en seguir. Hundió de nuevo su boca en el dulce sexo de Lali, mientras la penetraba con los dedos.
¿Pero dónde está la otra mano? 

Peter volvió a gemir contra su sexo. Dios, ahora lo entendía. No lo podía ver, pero el imaginarse a Peter masturbándose a la vez que se lo hacía a ella… era súper excitante. Se corrió en su boca. La garganta le ardía, y se dio cuenta de que era por los gemidos tan altos que soltaba. Peter aceptó gratamente su orgasmo, lo tragó como si fuera el elixir más deseado. Lali se derrumbó, sin enterarse siquiera de que Peter se había corrido también. Se incorporó en la cama y cerró los ojos con la respiración muy agitada. Peter se tumbó a su lado, rodeando su cintura con un brazo. Le besó el hombro, el cuello.
  Lali sonrió al sentir los labios de Peter de nuevo contra su piel. ¿Por qué sentía tantas emociones si ni siquiera eran pareja? No encontraba respuesta a tantas preguntas… aun que muy en el fondo, se temía lo que estaba pasando.

Las caricias, los susurros y los besos de Peter, fueron más allá de solo sexo. Al menos para ella… le entraban, le provocaban dolor de corazón y de cabeza de lo confusa que estaba. Y al fin, se durmió.
Pensando en que… la leche que antes quemaba, volvía a estar fría.

Tantas horas de insomnio, hicieron que Lali durmiera durante veinte horas seguidas. Todo un lirón, pensaba Peter. Pero le daba igual… era preciosa cuando dormía.
¿Preciosa? ¿Perfecta? ¿Cuando le he dicho yo eso a una mujer?
Pero Lali no era una de esas mujeres con las que se había acostado. Le había practicado sexo oral, nada más… y eso ya significaba mucho para él. ¿Por qué?

Alguien abrió la puerta.
- Hombre, amigo… - dijo Peter sorprendido – Ayer no viniste hasta las once, te volviste a ir para ocuparte del cadáver de Paula… y vuelves hoy a las diez de la noche.
- Calla, calla… - Nico se tiró al sofá – estoy rendido… si tú supieras el peso que nos he quitado de encima.
- A ver, cuéntame. – Peter se sirvió algo de Jack Daniels y le sirvió una copa a Nicon, el cual la aceptó con mucho gusto.
- Aquí el otro día eliminamos a uno de los secuaces de Amadeoski.
- Ajá. – dijo dando un trago.
- Bueno… ayer mientras me llevaba a Paula se me apareció un hijo de puta de esos…
Peter abrió los ojos mientras bebía.

- Lo dejé como un colador con mi querida AK 47 y lo metí junto con su jefa o compañera, o lo que fueran de la zorra de Peter. – suspiró y dio un lago trago de Jack– Total, que cuando llegué a la oficina de Vazquez me dijo que sus agentes habían metido en la cárcel a dos de ellos, y que habían matado a uno. – sonrió y miró a Peter con esos ojos azulísimos, de un potente y apuesto alemán. – Echa cuentas.
Peter contó.

- Joder, solo quedan dos. Nos hemos cargado a tres.
- Más los que han metido en una cárcel de Rusia para cadena perpetua.
- Toma ya. – Peter sonrió y chocó la mano con Nico. Realmente le había quitado un peso de encima.
¿Pero que pasaría cuando se cargaran a esos dos que quedaban? Como dijo Lali... volvería a su vida normal… y se olvidaría de todo.

En ese momento la vio salir. Con los ojos aún endormiscados, bostezando, un pelo de lo más gracioso y desarreglado… y su jersey. Sonrió al ver las preciosas piernas que había podido disfrutar, que había podido besar. El frágil cuerpo, pero perfecto… los pechos, que por lo que marcaban, no llevaba sujetador. Y esa carita de ángel. Puede que no fuera la mujer más atractiva del mundo. Pero para Peter, si lo era.


----------------------------------------------------------------

Holaaaa chiiicasss.. Aca esta.. Dios este rock va a pasar o no? ajajajaja
Una chica me dijo si podria dar una carla a Jimena., obvio, tenes solo que mandrmela :)
 Este capitulo lo voy a dedicas a @LuciaVega14 eres tan asdfghgfdsssafsd Y cuado llege el rock, si llega, tambien te lo voy a dedicar ;) 

Besos @CateLanzani