Protegeme II Capitulo 1

 

 Capitulo 1

Un veintitrés de octubre. Otoño, hacía frio. Lali llega a casa y deja caer el maletín al suelo. Cuelga su chupa de cuero marrón, la que se le ceñía al cuerpo, estilizando sus magnificas curvas, haciendo que… cualquier hombre que la viera, tuviera que girarse un par de veces.

Cerró los ojos, un olor riquísimo le invadió las fosas nasales. Alguno de sus platos favoritos mezclado con un perfume de chocolate y lirios blancos. Para terminar de culminarlo, ve a Peter pasando con solo una toalla en la parte de abajo que le queda… pequeña. ¿Y cómo no? Con semejante cuerpo. Sonríe al verla. Se acerca a ella y le da un tierno beso en la boca. No puede dejar de mirar… al perfecto hombre que tiene delante. Cuando Peter retira la mano de su mejilla, ella la echa en falta. ¿Y el hombre frio que conocí hace unos meses? Ha desaparecido…
- ¿Cómo ha ido la faena?
- Bien… cansada. Hay varios nuevos clientes.
- Mujer… después de tomarte unos meses de vacaciones, normal que te echen de menos.
- Joder, solo fue un respiro… - se acercó a él, y le dio otro beso, sin dejar de sonreírle. – Un respiro que necesitaba del todo. – pellizcó la nalga izquierda de Peter y le arrancó la toalla de golpe. – Mmmh… ¿Qué hay para cenar? – dijo alzando de nuevo la vista hasta los ojos de él.

- Devuélveme eso… - dijo Peter entrando en su juego.
Lali, ágil apartó la mano, y se escabulló por un lado de Peter. Él la siguió, recorriendo, desnudo, por toda la casa. Al final la atrapó. La vio, tan… tan ella, sentada de rodillas en la cama. Y con su toalla entre los dientes.
- ¿La quieres? – murmuró retirándola un poco, y jugueteando con la toalla… tan sensualmente que eso lo puso a mil-y era más que evidente, pues iba desnudo y el tamaño de Peter no era fácil de esconder-entre sus dedos. – Ven a buscarla. – volvió a encajarla entre sus dientes, metiendo una de sus manos por debajo del suéter.

Peter no tardó en subirse en la cama, en cubrirla con todo su cuerpo. Lali tuvo el placer de sentir toda la carne desnuda de su amado, aplastándola. Y no le molestaba, al contrario… adoraba estar así, adoraba… sentir que Peter estaba allí, para ella… y solo para ella.

Peter le subió el suéter de rombos.
- Adoro como te queda este jodido suéter… - le susurró al oído, provocándole un escalofrío. Encajó sus grandes manos en la fina cintura de Lali, sin dejar de besarla.
- Pitt. – murmuró contra su boca. Peter aspiró su aliento de mentol. –
Hazme tuya… - arqueó las caderas, frotándose contra el miembro - ya durísimo- de él.
- Tiempo al tiempo… - dijo, aun que no quería esperar por entrar al cuerpo de su chica.
- No… ahora.
Peter rió. Se levantó deprisa.

- ¿Dónde vas? – le suplicó Lali.
- A apagar el fuego. Se quemará el arroz a la paella.
- Mmh… paella.
- ¿Prefieres eso… o yo? – le dijo apoyando los brazos, abiertos contra el marco de la habitación.
- ¿No es obvio? - Lali rió, tapándose la boca. Peter pensó que parecía una niña… su niña – La paella.
- Oh, vale… entonces, cariño, vamos a cenar, y a dormir, que es muy tarde. – replicó Peter, como si fuera su padre.

- Oh, papi… - dijo Lali con cara de niña buena – Era broma, sabes lo que quiero… - se tumbó boca abajo – Ahora ven aquí y hazme una mujer. – dijo con tono divertido. Otra carcajada se escapó de la boca de Lali.
- Ya vale ¿no? Con el cachondeo… - Peter se cruzó de brazos. Lali se volvió a mirarlo de nuevo.
- No sabes lo caliente que te ves así… desnudo y con cara de enfadado. – ella se quitó la camisa de un tirón. – Sabes que no es broma, sabes que quiero que ahora mismo vengas y te metas entre mis piernas…
  Petersonrió.

- Voy a apagar el fuego.
- Date prisa. Antes de que se apague el fuego que hay aquí también.
- Cariño, sabes que si se apaga… - dijo Peter des de la cocina. – Lo volvería a
encender en menos de dos segundos.

  Lali se rió. Y entré esas sonrisas que a Peter tanto le gustaban se terminó de desnudar, escondiéndose de su amado… afuera, en la pequeña terracita.
- Coño, que frio hace aquí. – murmuró para ella misma.

 
- Ya estoy a… ¿Dónde te has metido? – miró hacia ambas partes - ¿Lali?

Tiró la bayeta de la cocina hacia a un lado y sonrió.
- Quieres jugar… ¿eh?...
Empezó a buscar a Lali por el baño, por la habitación de invitados, hasta por los armarios, y debajo de las camas. Pero nada.
- Venga Pitt, que tengo frio. – se dijo Lali a sí misma, sentada en el suelo de la terraza, con las vistas de Los Ángeles en sus pies, y… quizás algún vecino
que podría ver algo no debido.

Peter se sentó en la cama de matrimonio, donde minutos antes había estado tumbada
Lali. La erección se le había bajado. Rendido.
- Bueno, ya vale. ¿Donde se habrá metido esta mujer?
Un corriente de aire le puso la piel de gallina. Miró hacia a fuera, la puerta del balcón estaba corrida, con un par de palmos.
- Estás loca. – Sonrió y se acercó hacia la terraza – pero así me gustas.
Corrió más la puerta para pasar y vió a Lali sentada en el suelo. Lo miró.
- Al fin… - acarició la pierna de Peter, él estaba de pie. Eso fue suficiente para
que su pene empezara a cobrar vida de nuevo.

- Estás medio loca ¿lo sabías?
- Eso me dicen… - rió. Peter se puso en cuclillas, a su lado. – pero a menos… estoy loca por ti.
Beso la boca de Peter deseándolo. Le mordió el labio inferior. Eso lo excitó aun más. La cargó entre sus brazos.
- Estás helada. – Peter la entró y la tumbó en la cama, tapándolos a los dos. – Aquí se está mejor…
- Pitt, hacerlo en el exterior es una de mis fantasías. – dijo besándole el cuello.
- Te prometo que cumpliré cada una de tus fantasías, mi vida… pero esta déjala mejor para primavera, o verano… además, algún pervertido podría haberte visto… a saber lo que estará haciendo ahora. – Peter se rió, para sí mismo. – Seguro que cagán.dose en todo… por verme metiéndote aquí… para mi solito…

Una última risita se escapó de la dulce boca de Lali antes de que Peter empezara a deslizarse por su cuerpo.
- No, no, por favor… - siguió riendo, mientras se revolcaba por la cama.
Peter también rió. Como dos críos, jugando… jugando al amor.

- Estate quieta.
La sujetó por la cintura y besó su barriga. Lali se escabulló de él. Peter la siguió.
- Nena, ¿vas a dejarme que te haga el amor tranquilamente?
Peter siguió las risas, hasta el amplio cuarto de baño. Un chorro de agua fue directo a parar en su pecho, salpicándolo en la cara.
- Ven aquí… - dijo Peter riéndose. – eres mala, muy mala.

- Oh… castígame, agente, soy tuya. – se rió lali, colocándose contra la pared de la ducha, de cara a la pared, con las manos por encima de la cabeza. Y con el trasero apuntando… vacilando a Peter, provocándolo.
- Verás si te voy a castigar.
Peter dio un suave bofetón en una de las nalgas de Lali. La erección de Peter rozó su trasero. El firme tacto hizo que a Lali se le pasaran las ganas de escaparse. Se giró y besó a Peter, sintiendo ahora como su total masculinidad se clavaba en su bajo vientre.

 Peter la cogió de las piernas, colocándolas alrededor de sus fuertes caderas. Su pene pulsaba contra la entrada del sexo de Lali. Sin dejar de besarla, buscó el encaje de la alcachofa de la ducha. Ahora el agua, seguía cayendo, pero encima de los dos. Lali lo acarició, adoró el tacto, sentirlo tan mojado, dejar que sus manos resbalaran por la espalda, por el pecho, por los bíceps y por los abdominales de él.
- Te deseo… - murmuró contra su boca, y la volvió a besar, comiéndoselo.
Peter apretó fuertemente su culo, contra su pene, para sentirla más.
- Y yo a ti… mucho… muchísimo. – le mordió uno de los hombros – dime lo que quieres.
Lali murmuró algo en voz baja.
- No te oigo… - le susurró Peter en la oreja.
- Fóllame. – dijo ahora arqueando la espalda, aplastando sus pechos contra el torso de Peter – por favor, házmelo, hazme tuya.
Peter sonrió.

- ¿No crees que me toca a mí jugar, ahora? – dijo apretándose más contra ella.
Lali ansiaba tenerlo dentro. Estaban totalmente empapados por el agua de la ducha, pero Peter, sabía perfectamente que el calor que sentía allí abajo, aquella humedad que él adoraba tanto provocar en Lali, no era del agua.

- No… por favor… - Lali lo cogió de las mejillas, le dio otro beso, ansiosa, con ganas… con ganas de él. Se elevó un poco, incorporándose mejor. Aun que sus pies no tocaban en el suelo, adoraba que Peter la tuviera así… cogida. Parecía que estuviera aún más cerca de tocar el cielo, cuando Peter la hacía llegar tan y tan alto.

Él besó su cuello. Aun que pareciera mentira, Peter también estaba ansioso… ansioso por meterse en ese apretado cuerpo, ansioso por hacer que Lali se corriera con él dentro, en sus entrañas, ansioso por que ella hiciera que él se corriera, que se desahogara… a borbotones, como solía pasar siempre que tenía tanta tensión en los huevos, de tanto que lo excitaba su querida novia.

Peter la embistió, de una sola vez, sin dejar de besarla. Sintió el gemido, salido de la garganta de Lali, contra su boca. Él tampoco pudo evitar gemir al sentir como las paredes del coño de Lali se adaptaban tan y tan bien en torno a él. Adoraba esa sensación, adoraba hacer el amor con ella. Adoraba quererla, adoraba… amarla.
Adoraba a la misma Lali. Hasta sus defectos.

- Por favor… - gimió Lali, apoyando su frente contra la de Peter
- Dime… - susurró él, en contra de su boca, agarrando mejor a Lali del culo para penetrarla profundamente.
- Más…
- ¿Más qué?. – dijo Peter sonriendo y acariciándole el labio inferior, mientras quecon el otro brazo, la aguantaba a ella, contra la pared.
- Rápido…

Peter volvió a sonreír. A ella le encantaba verlo sonreír. Volvió a colocar la otra mano en ambas nalgas de Lali y la elevó, clavándose en ella. Se retiró, casi totalmente y volvió a entrar. Lentamente, al contrario de lo que Lali quería. Pero así también le gustaba. Lento e intenso.
- ¿Te gusta así? – dijo Peter apartándole un pelo, posándolo en el hombro contrario del que él se había apoyado. A este, lo besó.
- Si… si…
- Entonces… quiero oírte.
- ¿Mmh? – dijo Lali sonriendo, contra su cuello. Lo mordió. Peter no pudo evitar gemir al contacto de sus dientes.

- ¡Grita! – la embistió con más fuerza. Eso provocó un escalofrío a Lali.
Todo su cuerpo dio un respingo, y Peter tubo que atenerse a las consecuencias. Obtuvo un fuerte apretón de polla que casi hace que se corra. – Ahh… La.. – jadeó él contra su oído, haciendo que las palpitaciones de LALI se aceleraran más.

  Peter empezó a moverse con más rapidez, sin poder contenerse las ganas. Al borde del colapso, del orgasmo. Lali empezó a sentir como sus dos cuerpos se unían, como las caderas chocaban. Dios, sensaciones… nuevas. O no tan nuevas des de que conoció a Peter. Sintió como el pene de Peter latía dentro de ella, de la presion, de la fricción... del placer.

- Si… si… ah… dios, ¡Peeter!
- Sigue, no pares… grita… ¿Qué sientes? – gimió él en su oído, embistiéndola cada vez con más fuerza, a lo que el sexo de Lali respondía contrayéndose entorno el miembro de Peter– Oh… esto… ah… está riquísimo…
  Peter sintió como Lali empezó a correrse. Con fuerza. Brutal. Él tampoco pudo contenerse. Gimió, al mismo instante que lo hizo Lali. Y ella lo sintió, caliente, como se desataba, hasta la última gota, adentro, muy adentro… en su cuerpo.

 *

 - Mmh… - gimió Lali tragando – es el mejor arroz a la paella que he provado nunca. Está riquísimo. – miró tierna a Peter – Bueno, cualquier cosa después de hacer el amor contigo me sabría a delicia.
- Qué bonito… - Peter sonrió, al otro lado de la mesita. Le acarició la mejilla, en un suave pellizco con los nudillos del dedo índice y corazón. – Adoro verte cariñosa después de una buena cardada.

- ¿Sí? Aun que no me pueda sentar… - se rió Lali.
- Vaya, ahí dentro de la ducha, no te quejabas para nada. – Peter se limpió con una servilleta – Oh, Pitt, si, no pares… - dijo poniendo distinto tono de voz.
  Lali se sonrojó y le tiró un trozo de pan.
- Eh, si empiezas así… - dijo Peter balanceándose sobre su silla y abriendo la nevera, detrás de él. Cogió un bote de nata – Supongo que yo tendré que continuar.

- No… Pitt, nos acabamos de duchar y ya quieres…
- ¿Quién dijo que era para ti? – dijo Peter irónico, y se llenó la boca de nata.
Lali frunció el ceño.

- Que, ¿está buena la nata con la paella?
  Peterasintió. Trago y le enseñó la lengua, burlándose más de ella.
- Serás… - un estruendo se oyó. Y Lali  terminó de decir la frase entre carcajadas. – T…ton…¡tonto!
Se levantó, observando a Peter que se había caído de la silla. Más bien, la silla se había tirado hacia atrás… haciendo que él cayera también.

- ¿Estás bien? – dijo con lagrimas en los ojos, poniéndose en cuclillas a su lado.
- Eso… ríete de mí y de mis desgracias.
- Ohh… - Lali se levantó de nuevo. – que hombre…
- Ohh… qué mujer. – dijo, imitándola para pincharla. Peter se levantó.
- ¿Qué no te dijeron en la escuela que no se balancea encima de una silla?
Apuesto a que cuando ibas a primaria te castigaron muchas veces.

- A primaria… a secundaria… hasta en bachillerato. – Peter se rió.
- Porque sería… - dijo Lali girándose, sonriendo, imaginándose a Peter en la escuela. Sintió como sus brazos la abrazaron, como su cuerpo se juntó a su espalda. Y como siempre, un último comentario, de él.

- Algunas veces me riñeron por empalmarme en plena clase. – La apretó más contra él – por qué no lo haces tú ahora… - le apartó el pelo del cuello y se lo besó des de atrás. – venga… castígame… enséñame la diferencia entre lo correcto y lo que no. Y lo quiero con ejemplos, señorita… demostraciones en vivo

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Hola chicas, aca parece que cada vez que avanzamos por temporada se hame mas zarpado.. ajajajaj

bue espero que les guste :D 

Besos @CateLanzani